El marido de Vivianna se casó con ella por su herencia, y después de quitarle todo lo que tenía, la mandó a la cama de un acompañante y le tomó fotos. La amenazó con divorciarse con esas fotos y la obligó a salir de su casa sin un centavo.
Dejó su país de origen en desgracia.
Cuatro años más tarde, regresó a casa como Jefa de Diseño de Joyas y tuvo un hijo de tres años.
Su niño genio le dijo después de bajarse del avión: "¡Conseguiré que el hombre más rico del mundo sea mi papá y te respalde!"
Ella lo tomó como una broma, pero dos días después, su asistente le dijo que el hombre más poderoso del mundo se había robado a su hijo y la invitó a cenar.
Al encontrarse, ese hombre sostuvo a su hijito y le dijo dominantemente: "Es mi hijo!".

Extraño, cásate con mi mamá

"Ésa es mi asistente y ella se va a encargar de cuidar a Zeph", replicó Vivianna, porque sencillamente, detestaba ceder a las peticiones de aquel sujeto.


"De todos modos, de ahora en adelante, yo me ocuparé de garantizar el bienestar de mi hijo. Por eso, si quieres ir a trabajar, puedes irte y dejarlo conmigo", contestó Augustine con una expresión tensa en el rostro.


"¡Mami, vete a trabajar! Yo me voy a quedar aquí con papá porque ¡aún tengo muchas cosas que hablar con él!, exclamó Zephaniah, quien no quería apartarse de su padre.


Vivianna sintió el impulso de llevárselo a la fuerza, pero Jessamyn la estaba esperando. Por eso, le dijo entre dientes: "Está bien, te paso buscando después del trabajo".


"Lo voy a llevar a la casa, y mi chofer te va a pasar recogiendo para llevarte allá", respondió Augustine, quien tampoco quería apartarse del pequeño.


Vivianna estaba furiosa, pero no demostró su enojo e incomodidad delante del niño.


Chapter 29 ¡Qué humillación!