Chapter 40 Su riqueza

A Vivianna no le importaron las palabras de Augustine. Su hijo ya estaba dormido, ahora ella podía dormir donde quisiera.

La mujer se puso los zapatos y salió de la habitación.

Cuando llegó al cuarto de invitados, se acostó a dormir tranquilamente no sin antes cerrar la puerta con llave. Al fin y al cabo esa era la casa de Augustine, tenía que tomar precauciones.

La noche terminó con el hombre durmiendo con el pequeño, mientras ella lo hizo en la otra habitación.

Sin embargo, por más que lo intentó él no pudo conciliar el sueño. Augustine estaba viviendo con su hijo y una mujer increíblemente atractiva, ¿cómo podría hacerlo?

Por su parte, Vivianna durmió muy plácidamente.

Al otro día en la mañana.