Chapter 95 No olvides el beso

"Olvídalo. Si tú puedes comer aquí, yo también". Augustine no quería ser una molestia.

"No es algo que me moleste. Además, tengo un estómago fuerte, puedo comer lo que quiera. Tú eres el que me preocupa". Vivianna volteó a verlo y le sonrió.

"No soy tan delicado como piensas", dijo el hombre, levantando las cejas y tratando de sonar orgulloso.

"Está bien, si no tienes problema, comamos".

"Papi, mami, dense prisa. ¡Ya acabé con casi la mitad de mi plato!", exclamó Zeph.

Su madre no pudo evitar sonreír, la comida sabía mejor de lo que había imaginado. Por su parte, Augustine también comenzó a comer, pero para él, la comida resultó ser mucho más picante de lo que esperaba.

Los tres continuaron comiendo, pues querían caminar por el centro comercial cuando terminaran.

Media hora después, ambos padres ya casi terminaban, pero a Zeph todavía le quedaba bastante comida en el plato.

"¡Mami, ya no puedo!", se quejó el niño.

"¿Estás lleno?". Ella no quería obligarlo a comer demás.