Después de llevar al niño a la escuela, Vivianna preguntó: "¿Adónde quieres desayunar?". Sabía que tendría que cumplir con su trato e invitarle el desayuno durante un mes.
"En el mismo restaurante de ayer". La compleja mirada de Augustine reflejaba una gran emoción.
Entonces, ella agarró con fuerza su bolso. 'El de ayer era muy caro', pensó, pero no podía quejarse, así que sonrió de forma poco natural. "Está bien, vamos", agregó a regañadientes.
Lo mejor sería que esa fuera la última vez que escogiera ese restaurante, de lo contrario, ella quedaría en la ruina en muy poco tiempo.
Llegaron al lujoso sitio, donde solo se reunían personajes de la clase más alta de la sociedad.