En la habitación, solo se podía escuchar el sonido de los sollozos de Jessamyn. Xenophilius estaba tan molesto que ya no quería hablar, estaba muy decepcionado con su esposa.
Mientras tanto, sentada en el asiento delantero del auto deportivo, Vivianna guardó silencio durante casi todo el trayecto hacia el castillo.
A pesar de haber sido el centro de atención del banquete de Jessamyn, ella no tenía deseos de asociarse con ese tipo de gente.
"¿Por qué vas tan callada? ¿No te sientes orgullosa de tu actuación en el escenario?". Augustine trató de hacerla sentir bien por su comportamiento tan atrevido.
“¿Me seguiste? ¿No te pedí que llevaras a Zeph a casa?", preguntó ella al acordarse de que él no tendría que haber estado en el hotel.
"Te llamé varias veces, pero no respondiste, así que fui a buscarte", explicó él con honestidad.