Los ojos de Vivianna se pusieron húmedos. Ella había sido bastante estúpida como para creer las mentiras de Xenophilius y confiar en que la muerte de su padre había sido un accidente. Entonces, él no se había destacado por sospechar de Henry y defender a su padre; de seguro, no quería causar problemas ni perder la sensación de que ella confiaba en él. Por último, él le mintió respecto a la herencia de las acciones de su padre; así, logró una transferencia a su favor y se convirtió en el presidente de Lambert Enterprise.
Inmersa en los asuntos de su padre, Vivianna no notó que Augustine se había levantado para acercarse a su lado. En cuanto ella vio el asiento de enfrente vacío, casi se cae de espaldas. Por fortuna, Augustine la sostuvo, apoyando una mano en la mesa y la otra en su silla; inclinado sobre ella, se quedó mirándola.