Vivianna inmediatamente se dio la vuelta, y recogió a su hijo. Dijo: "Zeph, ¿por qué lloras?".
"¡Porque echo de menos a mami!".
Augustine volvió la cabeza; contemplando a la madre y al hijo que no eran fáciles de cuidar. Manifestó a Margaret: "Quédate con ellos".
La aludida inmediatamente asintió, y replicó: "Vale, hermano, ve y haz tu trabajo".
Una vez que el hombre se marchó, Vivianna se sintió incomoda. No le gustaba mirar a Margaret; puesto que, le había descubierto besar a Augustine en el apartamento la última vez. De hecho, le avergonzaba el momento.
"Señorita Carlewood, es estupendo el que pudiese venir. Zeph ha llorado tanto que se le han salido las lágrimas y los mocos", expuso la fémina con una sonrisa generosa.
Entonces, nuestra protagonista estudió al pequeño con una sonrisa y con reproche le dijo: "¿Cuando serás un niño fuerte y valiente? ¿Por qué lloras apenas te percatas que no tienes nada que hacer?".