Chapter 243 La última carta

Al salir del tribunal, Vivianna vio a Augustine de pie en la puerta, esperándola. Ella avanzó rápidamente hacia él. Como llevaba un par de tacones altos, estuvo a punto de perder el equilibrio.

Augustine estiró la mano para sostenerla, pero Vivianna la apartó bruscamente. "No es necesario, estoy bien", dijo.

Augustine levantó sus cejas con forma de espada con cierto disgusto; su gran mano estaba a punto de tomar la pequeña mano de ella, de manera que diez cálidos dedos quedarían firmemente entrelazados.

"¿A qué has venido?", le preguntó Vivianna.

"A infundirte ánimo", repuso, riendo suavemente.

"Recuerda que el doctor dijo que es necesario que guardes reposo".

"Lo haré", repuso. Augustine bajó con ella las escaleras y subieron juntos al automóvil de este.