Aquel día, Vivianna no fue a ningún lado; limitándose a permanecer recostada en el sofá de la casa. Augustine, por otro lado, le cuidaba muy bien y le miraba de vez en cuando; sólo para atraparle arrugando su carita, lo que ocasionaba que su corazón se apretase.
Si Rainy no le hubiese tendido aquella trampa, ésta no habría salido lastimada. Ahora, podía apreciar los leves hematoma púrpuras en sus brazos, aquellos que él había provocado al pellizcarle sin importar su voluntad.
Por lo que, Augustine suspiró y la abrazó. Bajó la cabeza, y le besó el pelo.
Entonces, la fémina notó sus ojos arrepentidos. En consecuencia, extendió la mano para tocar su hermoso rostro y le consoló: "Está bien, no fue tu culpa".
Rainy había sido quien cometía dicho error. Esa persona odiosa...
"¡Oh! Cierto, haré una llamada telefónica. Linda está enferma y está sola en casa. Le pediré a mi asistente que cuide de ella", informó Vivianna; y tras ello, marcó el número de Winslow.