A continuación, el coche negro salió por la puerta del área de recepción VIP y se dirigió directamente a la ciudad. Aunque un tercio de aquel país estaba en guerra, la capital parecía inusualmente pacífica y próspera, como si no se hubiera visto afectada por el conflicto. Los rascacielos y los enormes edificios, con luces brillantes, mostraban una imagen realmente pacífica.
Margaret observaba las calles con alegría, mientras Fletcher sostenía su pequeña mano a su lado, de una manera cálida y armoniosa, lo que la hacía sentir segura.
El conductor los llevó directamente al restaurante, luego Fletcher le pidió que le dejara la llave del coche y que se retirara. Aquella noche tenía que dedicarle todo su tiempo.
En ese momento, Fletcher llevaba puesta una cazadora negra larga. Era esbelto y apuesto y tenía contenida la agresividad de los soldados. Realmente parecía elegante y encantador.