Chapter 334 El afortunado caballero

El banquete real fue un auténtico derroche de riqueza y lujo. El salón de banquetes era espléndido, lo que le daba al evento un toque de elegancia y belleza.

El aire se llenó de la fragancia del vino. Los camareros iban y venían; vestían trajes azules, y su aspecto era juvenil y moderno. No obstante, la atmósfera estaba impregnada de la rígida dignidad de la que estaba revestida la familia real.

Margaret entró en el lugar, ataviada con un vestido de noche, y se acercó a la princesa Saratoga, a la espera de sus órdenes. Además de ella, otras dos intérpretes del país estaban presentes. Todos la saludaron con gran amabilidad.

Pronto llegarían los distinguidos invitados. De ninguna manera iban a llegar tarde a aquel banquete privado ofrecido por la princesa del Estado.