Mientras el convoy se acercaba lentamente a la entrada del hospital Royal, Vivianna se abrazó al brazo de su novio. Nunca había tenido esa sensación de ansiar mucho conocer a sus seres queridos y, a la vez, temer enfrentarse a la decepción.
Augustine acarició su hombro y apretó su mano. "Tranquila. No importa cuál sea el resultado, sé podrás afrontarlo con calma, ¿de acuerdo?"
La joven lo miró y asintió con suavidad. Sin embargo, él se dio cuenta de que aún no se había relajado, así que agachó la cabeza y acercó con gentileza sus finos labios sobre su pequeña boca. La tensión en el corazón de ella se esfumó de inmediato a causa de ese beso, pero se sintió un poco avergonzada por ello.