Habían luces entrecruzándose por todos lados. Henry se mantenía solo en un gran sofá, con su esbelto cuerpo reposando encima. Aunque era un lugar lleno de pasión y tentaciones, su figura transmitía un aura excepcionalmente seductora. Incluso si una mujer hermosa se atravesaba en su camino, él ni siquiera volteaba a verla. Siempre se mantenía frío y distante.
En ese momento, había una joven bailando sobre el escenario que repentinamente notó su presencia. Curvó su cintura y agitó su mano, haciendo todo tipo de provocativos gestos. Caminó paso a paso hasta estar frente a él y bailó la canción apasionadamente sobre la tarima.
La joven parecía haber perdido por completo toda vergüenza, coraje o pasión. Su mirada se mantenía fija en Henry. Las luces del escenario iluminaron su cuerpo. Era una hermosa joven, considerada un preciado regalo que todos los hombres querían tener.