Xenophilius murmuró fríamente frente al río: "Jessamyn, ¿acaso me asustaste a propósito? Eres una persona muerta. ¿Cómo podrías vencerme a mí, que estoy vivo?"
Después de ello, recogió una piedra del camino y la lanzó con fuerza hacia el río. Luego, regresó a su auto y ahí se mantuvo un momento hasta que condujo de regreso, desapareciendo en la oscuridad.
Un rato más tarde, el auto de los policías se acercó ahí. Los oficiales miraron al río con calma. El líder del equipo comentó: "Parece que el cadáver de Jessamyn se encuentra en el río. Llamen de inmediato al equipo de búsqueda de cadáveres. Antes de que aumente la corriente, debemos encontrar el cuerpo".
Esa noche, llegaron cuatro integrantes del equipo de búsqueda de cadáveres que estaban cerca de ahí. Usaban el equipo adecuado, con iluminación en el casco y cuerdas que los sujetaban. Saltaron dentro del agua. El río tenía una profundidad de unos tres metros, así que no era tan hondo.