El marido de Vivianna se casó con ella por su herencia, y después de quitarle todo lo que tenía, la mandó a la cama de un acompañante y le tomó fotos. La amenazó con divorciarse con esas fotos y la obligó a salir de su casa sin un centavo.
Dejó su país de origen en desgracia.
Cuatro años más tarde, regresó a casa como Jefa de Diseño de Joyas y tuvo un hijo de tres años.
Su niño genio le dijo después de bajarse del avión: "¡Conseguiré que el hombre más rico del mundo sea mi papá y te respalde!"
Ella lo tomó como una broma, pero dos días después, su asistente le dijo que el hombre más poderoso del mundo se había robado a su hijo y la invitó a cenar.
Al encontrarse, ese hombre sostuvo a su hijito y le dijo dominantemente: "Es mi hijo!".

Extraño, cásate con mi mamá

Los dos ancianos de la familia Hayes miraron pues a Margaret, quien se encontraba abrazada por su hijo; y no lograron evitar llenarse de alegría. La Sra. Hayes inmediatamente dio un paso adelante con la intención de estrecharle también. Dijo: "Oye, ten cuidado. Ven aquí".


Esto le hizo gracia a la fémina, que riendo replicó: "Tía, estoy bien. Solo estoy embarazada".


"No me llames de esa forma". Y tras una pausa, centró sus ojos fríos en Fletcher y agregó: "Toma el registro de nuestra casa y reconoce su matrimonio. Además, escoge un buen día para la boda; ¡hay que celebrar!".


Y una sonrisa poco sincera apareció en los labios de éste. "Bueno".


Inmediatamente, Margaret se volvió para encararle y manifestó: "No puedo celebrar un matrimonio en estos momentos. Estaré demasiado cansada. Es más, siquiera puedo usar tacones altos".


"Si no puedes llevarlos, entonces no los uses", enunció la Señora Hayes con una sonrisa.


Chapter 516 ¿Producto del embarazo?