Chapter 620 ¡Qué guapo!

En ese momento, Luciana contemplaba las nubes flotantes fuera de la ventana, y sintió su corazón a la deriva. Y es que, nunca se imaginó que al dejarle se percibiría realmente pesada cuando esperaba todo lo contrario. Tal parecía que el idearse una vida sin volverle a ver, no le resultaría nada fácil; y sus recuerdos compartidos tampoco le ayudaban.

Efectivamente, apenas subió al avión, sus ojos se humedecieron; y una vez que rememoró lo bueno que había sido Henry con ella, no pudo evitar derramar lágrimas. Una mujer, de mediana edad que se encontraba sentada a su lado, inmediatamente solicitó un paquete de pañuelos a la azafata y se lo entregó. Ésta le recibió agradecida.

Ya sabría que esperar en los días venideros... Mientras el caballero residiera en su ser, el dolor extremo jamás le abandonaría.

Porque... No se había dado cuenta de que ya estaba enamorada de él. Definitivamente, sólo cuando se amaba a tal extremo, se experimentaba estas clases de sensaciones.