Chapter 640 Las mentiras

Farid eludió su mirada inquisitiva. No era que él no admitiera su error; el problema era que, al hacerlo, definitivamente sembraría más dudas en la mente de ella. Tal vez más adelante, cuando las circunstancias fuesen más favorables, él le confesaría que había sido él quien le había disparado.

"Olvida mi pregunta, no creo que conozcas la identidad de la persona que me disparó. En todo caso, te agradezco por haberme ilustrado acerca de mis antecedentes familiares y por solucionar mi dolorosa perdida de memoria durante el último año. Jamás habría esperado tener el honor de ser amiga del señor presidente", señaló ella. Entonces el teléfono celular de ella repicó; vio que quien llamaba era Richard.

Al recordar que ella le debía una comida, no insistió en rehusarse. En lugar de ello, ella contestó la llamada. "Hola", dijo con cierta frialdad.

"Vaya, finalmente estás dispuesta a responder a mi llamada. ¿Aún estás en el hospital?", contestó él.