La familia Litchi.
Alicia se sentó frente a la cama y, contemplando la bufanda gris que colgaba de la percha, pasó unos diez minutos sumida en una especie de trance. Cuando volvió en sí, se advirtió un destello de molestia e impotencia en su mirada. Ella no conseguía apartar de su mente la cálida sonrisa de Enrique.
Además, él la había cuidado con esmero. Al mismo tiempo, recordó la escena de hoy en el hospital: Winter rodeando el cuello de él con una bufanda. Definitivamente conformaban una pareja perfecta.
Alicia sacudió la cabeza. La verdad era que quería apartar esas cosas de su mente. Lo mejor sería que aprovechara esos días de vacaciones para relajarse, pues, una vez que asumiera el cargo, tendría tantos asuntos que atender que no dispondría de tiempo para sí misma. Entonces, ¿adónde iría a divertirse esos días?