El marido de Vivianna se casó con ella por su herencia, y después de quitarle todo lo que tenía, la mandó a la cama de un acompañante y le tomó fotos. La amenazó con divorciarse con esas fotos y la obligó a salir de su casa sin un centavo.
Dejó su país de origen en desgracia.
Cuatro años más tarde, regresó a casa como Jefa de Diseño de Joyas y tuvo un hijo de tres años.
Su niño genio le dijo después de bajarse del avión: "¡Conseguiré que el hombre más rico del mundo sea mi papá y te respalde!"
Ella lo tomó como una broma, pero dos días después, su asistente le dijo que el hombre más poderoso del mundo se había robado a su hijo y la invitó a cenar.
Al encontrarse, ese hombre sostuvo a su hijito y le dijo dominantemente: "Es mi hijo!".

Extraño, cásate con mi mamá

"Ella... realmente hizo eso", suspiró Ángeles. Sintió pena por la triste vida de Yulia. Había sufrido mucho. Se había casado con un hombre con quien todas querían casarse, pero no había podido disfrutar ni un solo día de felicidad.


"Ella se fue sabiendo que eres la mujer que más amo en mi corazón. En sus últimas palabras, expresó su deseo de que estuviéramos juntos. Quería que me casara contigo", le contó Farid, con la mirada fija en ella.


La joven parpadeó y sonrió con amargura. "Entonces ella definitivamente no sabía quién era. Si lo hubiera sabido, me temo que no me habría dado su bendición".


"No me importa quién seas. Ante mis ojos, no eres peligrosa", aseguró él, sosteniendo su mano con fuerza. "Nunca dudaría de una mujer que está dispuesta a morir por mí".


Ella esbozó una sonrisa. "No te odio por el disparo. ¿Sabes por qué salté al río? No quería morir en tus brazos. No quería que me vieras muerta. Debe ser una horrible experiencia".


Chapter 698 Una franca conversación