En un abrir y cerrar de ojos, Zhan Xi Yang había pasado tres días en un asunto público y esta vez no había desarrollado completamente el medicamento. Usó todo tipo de excusas para negarse. Estaba observando la situación. Estaba rodeado de guardias y, sin duda, se había convertido en una herramienta para que estas turbas se enriquecieran.
Pensó que mientras entregara la fórmula y la forma de desarrollo, pronto moriría.
Por la tarde, el líder de la turba vino a advertirle una vez y él hizo todo lo posible para encontrar todo el equipo que quería. Si Zhan Xiyang no desarrollara el antídoto, sólo podrían matarlo y secuestrar a su mentor.
Con el ejército rebelde cerca, tenían muy claro quiénes eran las personas del equipo médico.
En tales circunstancias, Zhan Xi Yang estaba en crisis.