En ese momento, Xia Ping'an estaba en un autobús y no había mucha gente. Eligió el último asiento y se apoyó impotente contra la ventana. Su largo cabello cubría su rostro y su rostro ya estaba lleno de lágrimas.
Ella realmente había dicho que lo había lastimado mucho.
Su corazón estaba sufriendo tanto que no se podía describir con palabras. En ese momento, su mente se llenó de imágenes de ella estando con él. Era dulce y cálido, como si sólo esos recuerdos pudieran hacerla sentir mejor.
Al menos, Lanying no podía quitarse estos recuerdos. Le pertenecían a ella.
Le perteneció por el resto de su vida.
En ese momento, escuchó el sonido de un auto deportivo proveniente del exterior de la ventana. Los ojos nublados de Xia Ping miraron y vieron un auto deportivo avanzando rápidamente por el carril cercano. Los dos coches deportivos, con los que no podía estar más familiarizada, la dejaron sin aliento. Era el auto deportivo de Zephaniah.