En el pasillo, fuera de la sala silenciosa, los ojos de Yan Luoyi todavía estaban rojos. La repentina caída de su padre adoptivo la había hecho sufrir la muerte de demasiados familiares. En su corazón, había una sensación de miedo. Su padre adoptivo la había educado para que creciera, pero cuando acababa de salir de la puerta de la escuela, él tenía una enfermedad así.
¿Cómo podría corresponder en esta vida la bondad de su padre? Esperaba que su padre adoptivo pudiera vivir una larga vida, jubilarse y disfrutar de su vida futura.
Yan Luoyi le envió un mensaje a su hermano menor. Esperaba que su hermano menor pidiera permiso y regresara a visitar a su padre adoptivo, porque a su padre adoptivo le gustaba mucho Ziyang.