Yanxi estaba sentada sola en la sala de guardia. Fuera de la ventana reinaba el silencio. De vez en cuando pasaba un coche y volvía a quedar en silencio.
Ye Yanxi miró la hora en su reloj de pulsera. Aún no había regresado.
¿Qué estaba haciendo? Esa mujer bebía vino y se notaba que también era muy entusiasta y de mente abierta. Si le pedía que la enviara a casa...
Ye Yanxi no sabía que su imaginación podía ser mejor, por lo que imaginó una escena que no era adecuada para niños. Se mordió el labio y dijo: "Feng Yeming, será mejor que no seas un hombre así".
Mientras pensaba, escuchó pasos, como si alguien estuviera corriendo. Pronto, alguien llamó a la puerta que estaba a su lado. "Soy yo, Yan Xi".
Era la voz grave de un hombre. ¿Quién más podría ser sino este hombre?