Feng Yeming les dijo a las otras cinco personas: "Vámonos, Yan Xi se quedará aquí".
"No, quiero ir contigo", dijo Ye Yanxi con firmeza.
"Está bien, dejen a dos personas para que vigilen la situación en cualquier momento. Los demás, síganme hasta el auto", dijo Feng Yeming.
Después de dejar a una persona atrás, Ye Yanxi recogió su equipo y se subió al auto de Feng Yeming.
Se bajaron del coche a dos kilómetros de aquel grupo de personas. Su objetivo no era sólo asustar a aquellas personas, sino capturarlas, pues quienes se atrevían a acercarse a este lugar eran, en muchas ocasiones, delincuentes habituales.
Feng Yeming salió del auto y tiró de Ye Xixi detrás de él. "Escóndete detrás de mí".
Ye Yanxi se mordió el labio. Sintió su protección y una oleada de dulzura brotó de su corazón.
Por muy capaz que fuera una mujer, se conmovía al sentir la protección de su amante.