Capítulo 85 Detenido al Borde

Cruzó las piernas —apretadas, como si fuera lo único que le impedía acercarme más a él.

Podía sentir cómo perdía el control.

Sus dedos se aferraban al cojín del sofá como si necesitara un ancla.

Maldición, estaba luchando con todas sus fuerzas.

Podía verlo en todo su ser.

Entonces, de repente, explotó.

No de una manera salvaje, de esas de tirarme al suelo.

No, golpeó su palma contra la otra mano, como si físicamente intentara sacudirse de cualquier trance en el que yo lo hubiera metido.

Se levantó, pero mis brazos seguían aferrados a su cuello, sin querer soltarlo.

Maldijo en voz baja.

Luego me besó de nuevo, rápido, fuerte, sin aliento.

—No me mires así —murmuró contra mis labios—. O yo...

Sus palabras apenas se registraron en mi mente.

Ya estaba ebria con su sabor, drogada por el calor, derritiéndome en él.

Entonces me levantó, me llevó hacia las escaleras.