Jace frunció el ceño, visiblemente molesto, aunque la expresión desapareció en el momento en que vio a Ashton detrás de mí.
—Un amigo —murmuró, malhumorado.
—¿Quién? —insistí.
—Solo un amigo.
—Estoy pidiendo un nombre.
Un destello de irritación apareció en sus ojos. Parecía que preferiría golpearme antes que responderme.
Pero entonces me miró de arriba abajo otra vez, y algo cambió. Un brillo arrogante reemplazó la irritación.
—Supongo que ya no importa si lo sabes. Estaba llamando a Cathy.
—¿Cathy? ¿Catherine Vance?
Cruzó los brazos y asintió lentamente. —Sí, esa Cathy. Apuesto a que no te esperabas eso, ¿eh?
Así que tenía razón. El número era de Catherine.
—¿Es amiga tuya?
—Más que una amiga, en realidad.
—¿Novia? —aventuré.
Jace resopló. —Diablos, no. Ella es mi... —Hizo una pausa, observándome atentamente—. Hermana.
—¿Tu hermana? —repetí, incrédula—. ¿Te refieres a una prima?
—No. Me refiero a hermana de verdad. Misma madre. Auténtica.