Capítulo 126 Golpeado

La luz del sol golpeó mi cara como una bofetada.

Entreabrí los ojos y al instante me arrepentí.

Tenía la boca seca. Me dolía la espalda. Mis muslos se sentían como si hubiera hecho sentadillas con tacones de quince centímetros, cosa que no había hecho.

No podía moverme. Estaba envuelta en el edredón como un cadáver.

Gemí, me quité esa maldita cosa de encima y me senté.

El pelo se me pegaba a un lado de la cara. Había perdido el pendiente izquierdo.

La habitación olía a ropa limpia y a un leve aroma de colonia —la de Ashton.

Cierto. Él me había sacado a rastras del bar.

Todo lo que pasó después era estática.

Agarré mi teléfono de la mesita de noche.

Ocho y doce.

La cabeza me palpitaba detrás de los ojos.

Me duché, me puse ropa limpia y llegué hasta la mitad de las escaleras cuando mi teléfono vibró.

Contesté. —Yvaine. Nunca volveré a pedir esa bebida...