Arabella Shaw acababa de terminar la llamada con Noah Quarter, pensando en la familiar voz femenina que había escuchado.
Sostuvo al niño y tomó un transporte hacia el campo de equitación.
En el momento en que Julia Land vio a Arabella Shaw sosteniendo al niño, sonrió.
Mira, Arabella Shaw, esta mujer, tiene prisa.
—Noah, ¿es esta tu hija?
La voz de Julia Land era suave pero curiosa mientras examinaba a Arabella y al bebé en sus brazos.
—Una pequeñita tan diminuta, bastante linda.
Julia Land extendió la mano para tocar a la niña, pero Arabella giró su cuerpo, sin dejar que la tocara.
—Está durmiendo, Julia Land, tanto tiempo sin verte —suspiró Arabella—. Es una lástima lo de Violet.
Julia Land preguntó confundida:
—¿Qué Violet?
Noah Quarter dijo:
—Arabella, déjame sostener al bebé.
Quería que Arabella dejara de hablar.
Arabella asintió, le entregó la niña y sonrió suavemente.
Acababa de mencionar a Violet, pero el rostro de Julia no mostraba signos de tristeza.