Alguien estaba tratando de atraparla.
Julia Land frunció el ceño, planeando cambiarse a otro hospital para consulta psiquiátrica.
No creía que hubiera desarrollado delirios paranoides.
Noah Quarter miró a Julia tratando de mantener la calma.
—Es una serpiente verde, no venenosa. Espérame afuera.
Sostenía un abrigo en su mano, preparándose para entrar.
Julia agarró la manga de Noah.
—Espera, ¿para qué vas a entrar? Llamaré a cazadores profesionales de serpientes.
El hombre bajó los ojos y examinó los dos dedos pálidos en su manga.
Solo dos dedos, un gesto distante.
—No es venenosa. Yo la atraparé. Para cuando lleguen los profesionales, podría haberse deslizado dentro de la habitación.
Declaró fríamente los hechos.
El pensamiento hizo que a Julia se le erizara la piel.
Imagina, ella había estado durmiendo, y de repente aparece una serpiente en la cama...
Julia inmediatamente soltó la manga de Noah.