—¿Treinta mil directamente?
El corazón de Chen Bin saltó con una alegría inesperada; ¡no había anticipado que Cheng Ying fuera tan generosa como para darle trescientos mil directamente!
Sin embargo, pensando en el gran negocio que había traído a la empresa, ¡sentía que era lo que merecía!
Sabiendo que Baolong podría haber colapsado sin este acuerdo, ¡pensó que los trescientos mil deberían ser suyos!
Chen Bin pensó en secreto que esta mujer, Cheng Ying, realmente era meticulosa en el manejo de las cosas; ofrecerle trescientos mil a título personal significaba que no estaba en los libros de la empresa, y no despertaría la envidia o insatisfacción de otros.
También afirmó que la casa definitivamente sería entregada, anulando los rumores recientes y evitando que causaran inestabilidad dentro de la empresa si se difundían.