—¡Por supuesto que sí! —declaró Chen Bin con decisión—. Eres tan bonita, y tu personalidad es adorable. ¿Cómo podría no quererte?
—Hmph... —Cheng Xinxue sorbió—. Tienes tantas mujeres por ahí, ¿qué soy yo para ti?
Dijo esto, pero sus ojos miraron disimuladamente a Chen Bin, queriendo medir su reacción.
Chen Bin dijo firmemente:
—Eres mi novia, ¿verdad? No hemos terminado, ¿o sí?
—¡Pfft! —Cheng Xinxue estalló en risas entre lágrimas—. Eso solo fue para molestarte, ¿y tú lo creíste?
—¿Creerlo? —Chen Bin, viendo su comportamiento travieso que despertó algo dentro de él, metió la mano en el escote de su camisón y dijo:
— Ya estamos así, ¿cómo podría no creerte?
—Mmm... —Cheng Xinxue gimió suavemente, su delicado cuerpo temblando. Dos tímidos sonrojos aparecieron en su pequeño rostro mientras susurraba:
— Solo eres un lascivo que le gusta aprovecharse de mí, ¿cómo puedes decir que te gusto?
Chen Bin se rió suavemente y respondió: