TEMPORADA 1 / Capítulo 4

SCP-087

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Carlos

Parece que esa noche su racha de ventas había terminado, Carl se decía así mismo, la era repartidor de pizzas de un importante negocio de la ciudad, esa noche logro repartir más de 30 pizzas en tiempo récord, sin duda una verdadera racha que nunca olvidaría. , en su caja ya solo tenia un pedido, lo saco y lo examinado.

-Vaya, parece que esta ultima si que esta lejos- Se dijo así mismo, luego metió el pedido de nuevo en la caja, se monto en su moto y se indico al lugar de entrega.

Resulta que el pedido debería ser entregado fuera de la pequeña ciudad, algo que desconcertó un poco a Carl, ya que era la primera vez que su pedido seria fuera de la ciudad, pero no le importo mucho, todo fuera por el dinero, su universidad. no se iba a pagar sola, quería ser un buen abogado, al igual que su difunta madre, la extrañaba tanto, no podía creer su reciente deceso, todo fue tan rápido, aun no creía que su madre hubiera muerto, no lo haría.

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Al fin, después de agotadores 30 minutos, llego a su destino, bajo y saco de la caja el pedido, al tenerlos en la mano, miro al frente, pronto su cara empezó a asombrarse, al frente tenia un gran edificio aparentemente abandonado, aunque la oscuridad no lo dejaba ver bien, se evidenciaba el deterioro de la construcción, Carl se detuvo momentáneamente, pensó en quién podría ser el o las personas que pidieron el pedido, al final dedujo que serían vagabundos que se refugiaban en el viejo edificio, no se lo pensó dos veces y entró.

La puerta principal era de metal totalmente oxidado, empujo con todas sus fuerzas para entrar, ya que esta era dura y rígida, cuando estuvo dentro de saco velozmente su linterna, y al encenderla vio con desagrado la cantidad de excrementos de todo tipo de animal, paso dando saltitos de un lado a otro, cuando paso la desagradable entrada, se encontró con cantidad de bolsas de basura que desprendieron un olor desagradable, así que Carl se tapo la cara con una parte de la chaqueta, siguió caminando entre los montes de basura. que había, después de ir caminando, se le hizo raro no ver a nadie, así que se quito la chaqueta y grito con fuerza.

-Ay alguien aquí-prosiguió-Si esto es una broma, no le veo el chiste.

Estaba enojado y confundido, quería salir pero un sonido lo detuvo, se volteo para ver el origen del sonido, era una escalera larga y profunda, del cual los últimos escalones se desaparecían en la oscuridad, Carl grito de nuevo, pero de nuevo no obtuvo respuesta alguna, al querer salir se volteo y le dio la espalda a la escalera, y cuando se dispuso a salir corriendo, sintió como una ráfaga de viento helado lo arrastro y tumbo al piso en dirección a las escaleras, cuando se pudo parar, no vio nada, su vista no captó el mínimo rayo de luz, y su cabeza daba vueltas sin parar, tuvo miedo ya la ves terror, intento buscar su linterna, aunque inútilmente ya que no veía nada, y se tropezaba con facilidad, al ver que no podía hacer nada se agacho y se oriento con sus manos, cada vez que subía sentía que no llegaba a ningún lugar, era como si las escaleras eran infinitas o algo así, al cabo de un tiempo se detuvo, el cansancio lo agoto y se acostó en el suelo frío.

-Y si talvez estoy en una escalera maldita, o quizás estoy en el purgatorio- Se decía. Como su vista aun no mejoraba y estaba cansado y sabia que no podría por ningún medio salir de ahí, se echó a llorar amargamente, sabiendo que nunca saldría de ahí, que sus sueños y recuerdos quedarían perdidos en la oscuridad de esa escalera, y que de el nadie sabría de su desfile y pensarían que se esfumó de la faz de la tierra.