SCP-107
Pensilvania
El granjero Myers, más conocido como "El loco Myers", caminaba por el basto campo que había heredado de su padre recién muerto, Myers arrastraba con una cuerda a una oveja de singular tamaño, mientras vislumbraba la zona que ahora le pertenecía; al llegar a un corral, desató la cuerda de la oveja y suavemente una pata trasera para que entrara en el corral.
Después de haber culminado sus labores, miro al cielo intentando adivinar la hora, el cielo, el cuál estaba en un tono amarillento, acusaba la hora y su posición lo delataba favorablemente. Decidió marcharse a su casa, así que se dirijo a una pequeña cabaña que se ubicaba en el centro de la granja, al cabo de unos minutos ya se encontraba allí, abrió la puerta con rapidez lo que hizo rechinar la puerta ya oxidada, haciendo espantar. a unas ratas y un mapache que husmeaba en un bote de basura. Ya instalado ahí, se cambió de ropa y se ducho en un baño provisional, el cuál consistía en una manguera de piscina que se alimentaba de un río cercano, el cuál pasaba su curso con cierta turbulencia.
Al pasar unos minutos, salió el hombre relajado, cómo si el agua le hubiera quitado años de encima; se vistió con la ropa que tenía en su carro, este último era un Mercedes, pero de siglo pasado el cuál el óxido y el olor que desprendían evidenciaban años de trabajo y manipulación, a pesar de la condición en el que se encontraba el auto, Seguía funcionando como siempre lo había hecho, algo que el hombre le había tomado cariño, y siempre le llamaba "Marta", por consiguiente la gente lo tachaba de loco, y lo excluían de eventos y reuniones sociales, haciendo que el hombre desarrollara un severo. trastorno antisocial.
Ya el hombre listo para partir, encendió el carro el cuál no se demoro en encenderlo, gustoso oprimió con el pie el acelerador, el carro rechino y una nube de polvo se formó en el garaje de la minúscula cabaña, el carro salió como un relámpago al chocar con tierra, dejando una estela fina de polvo húmedo a causa de la extraña tormenta del día anterior.
-¡Oh siiiiiiii!-gritó el hombre con gran euforia-Así es mi gran Marta-vocifero dando leves palmadas al manubrio. Mientras el hombre manejaba rumbo a su hogar, el ambiente se torno más oscuro a causa de la puesta del sol, las sombras de los robustos árboles se agrandaban y el clima se enfriaba poco a poco, haciendo que el hermoso campo se convirtiera en un espectáculo. digno de una película de terror.
Pasados unos minutos desde la partida del hombre de la cabaña, Myers subió las luces del auto las cuales eran opacas, pero se vio en unos 10 metros, al pasar por una serie de curvas, un cartel apareció en medio de la oscuridad, y al Estar más cerca, Myers leyó:
"Peligro: Maneje con cuidado y por ninguna razón recoja a alguna persona que le pida el pare, por su seguridad pase derecho"
Y más abajo del cartel, pequeñas imágenes de personas las cuales se encontraban desaparecidas aparecían en montones, anunciando que el lugar era una zona de alto peligro. Lo más extraño, era que Myers no había visto jamás ese cartel, ya que pasaba concurridamente por el lugar y nunca se había percatado del misterioso cartel.
Decidió no prestarle atención, estaba aún cansado y no quería matarse más la cabeza, pasaron los minutos y Myers sintió de que la carretera no llegaba a un fin, de un momento a otro freno en seco, paralizado por un grito desgarrador de la parte derecha. del auto, no quiso moverse, el miedo lo embargo por completo, cerro los ojos abruptamente y murmuró una oración sin dejar sus manos del manubrio.
Un minuto paso y Myers no abría los ojos y no sé inmutaba, el silencio sepulcral torno el ambiente, decidido abrió los ojos lentamente y no vio nada; desabrochó el cinturón improvisado, abrió la puerta de golpe y con una navaja en mano la apunto hacia la oscuridad, intentando intimidar a lo que fuese que grito, Myers al ver que nada pasaba bajo lentamente sin decir palabra alguna, sus sentidos se activaron al cien , y en el mismo silencio iracundo que adornaba el lugar, otro grito resonó mientras que Myers se sobresaltara.
Al incorporarse y ponerse en guardia, inspeccionó el lugar intentando encontrar el lugar de donde vino el aterrador grito, de repente unas hojas se movieron bruscamente, lo que hizo asustar momentáneamente a Myers, con la navaja dirigida al lugar del movimiento, se acercó cautelosamente, a unos 3 metro aproximadamente, una cabeza de una chica salió, Myers retrocedió bruscamente.
-No tengas miedo- susurro la chica mirando fijamente a Myers-No te haré daño...Shhhhh...Ten cuidado...Ellas son peligrosas- Myers atónito retrocedía lentamente, al chocar con el carro intento abrir el carro sin dejar de ver a la chica, pero está última murmuró -Te vas a ir...Sin despedirte...A ellas no les va a gustar...- La chica empezó a reír de una manera alocada.
Myers intenta abrir el carro con empujones, más en vano pues la puerta no se movía, con el miedo en las venas y el corazón latiendo a mil, recogió una piedra del piso y tapándose la cara con el codo rompió el vidrio de un solo golpe. , se metió en el carro con dificultad, ya que su corpulencia se lo impedía.
Cuando entró lleno en el auto, subió con miedo el auto, pero las llaves se cayeron en sus pies, y con la poca visibilidad que tenía, intento buscar por sus piernas, el miedo aumentaba y no encontraba las llaves, Myers maldijo vociferando mientras la chica se reía, cuando sintió las llaves, una especie de tentáculo le atrapó la mano, cuando la intento sacar, más de estos le atraparon la otra mano y los dos pies, intento gritar pero un quinto tentáculo le envolvió el cuello.
Al querer mirar otra vez a la extraña chica, ella se encontraba en silencio, mientras que alrededor del carro los tentáculos lo enrollaban, al detallar con los ojos nublados la especie de tentáculo que se encontraba en la parte delantera del auto, se dio cuenta de que se trataba de tallos de plantas, lo cual con el poco aire que tenía le hizo gemir de dolor, pues el tallo que le envolvía el cuello lo estaba matando.
Cuando en su último suspiro, listo ya para despedirse de este mundo, sabiendo que moriría y su cuerpo jamás seria encontrado, vio como la cabeza de la chica se convirtió en una enorme planta de 2 metros de largo, ya con su vista que no podía mucho, escucho lo que para el serían las últimas palabras que escucharían sus oídos.
…Te dije que te despidieras...