Capítulo 126: La Caída del Señor Demonio
La espada cayó.
Pensarías que algo tan masivo caería lentamente, pero no. En el momento en que Noé dejó de hablar, la espada ya estaba sobre Belcebú.
¡¡¡BOOOMMM!!!
El golpe impactó. Al instante, la temperatura de la cámara descendió aún más, transformando el espacio en un páramo helado.
Noé apareció entonces junto a Zara, quien luchaba por mantenerse en pie. La patada de Belcebú había sido brutal, casi haciéndola vomitar sus entrañas.
—¿Estás bien? —preguntó Noé, colocando una mano estabilizadora en su hombro.
Activó su poder—sobre el Samsara, sobre la vida y la muerte. En segundos, las heridas de Zara se desvanecieron rápidamente, su cuerpo ahora completamente curado.
Huff
Ella dejó escapar un suspiro de alivio. —Sí. Estoy bien ahora.
—Bien. Ahora... —Noé volvió su mirada hacia Belcebú—. Luchemos apropiadamente.