Interludio 4: Hinata y Hanabi (2)

Dos meses han pasado desde que Okaasan me dejó y siento que ya no puedo más. Hoy estaba caminando por Konoha para poder despejar un poco la mente pero tal parece que mi desgracia no para.

"¡Mira por donde vas, fenómeno!" - gritó un chico mayor mientras dos chicos más se acercaban donde estaba.

". . ." - yo solo podía retroceder con miedo cuando vi que ellos no tramaban nada bueno.

"¿Cómo puede ver hacia donde ir cuando es ciega?" - preguntó el segundo chico mientras los demás reían.

"L-Lo siento..." - dije con miedo. Mi cuerpo me dolía y no podía defenderme.

"Una disculpa no soluciona nada" - bufó el chico que obviamente era el líder mientras miraba a sus amigos - "Ya saben que hacer"

"¡Hai!" - asintieron los otros dos mientras empezaban a golpearme.

¿Por qué?¿Por qué todos me golpean?

"*Sob* Okaasan..." - yo solo podía llorar mientras intentaba devolver los golpes pero no podía hacer nada porque esos chicos malos me tenían tomada de los brazos mientras me golpeaban.

Pasaron 15 minutos para que pararan y yo estaba en el suelo sin poder mover un músculo.

"Creo que es suficiente" - dijo el líder de los niños - "Tal vez ahora este fenómeno comprenda que no por ser de un clan puede andar con esa aura condescendiente"

Yo no hice nada... por qué me atacan sin motivo, si yo solo caminaba por el lugar sin molestar a nadie...

"Yo creo que mejor nos vamos o nos descubrirán" - dijo el tercero de los chicos.

"Andando" - asintió el líder mientras salían corriendo.

¿Por qué nadie me ayuda?¿A caso solo sirvo para que la gente me golpee?

"Okaasan... *sob* Okaasan... te extraño..." - solo podía llorar mientras recordaba como todo había cambiado desde que Okaasan falleció.

* * * * *

Han pasado dos años y ahora tengo 8. Otousan ya no viene a mis entrenamientos, tal parece que se dio por vencido al ver que ya no podía con las metas que me daba, aunque no era el único porque todo el Clan me ve como si fuera la plaga.

Esto años han sido los peores pero lo peor de todo es el odio que me tiene Neji Nii-san.

Todo empezó un año atrás cuando Otousan lo trajo al campo de entrenamiento.

Yo estaba feliz de ver al primo que no veía en mucho tiempo pero cuando intenté hablarle, solo vi indiferencia y frialdad.

¿Tú también me odias?¿A caso te hice algo malo?

No sabía porque Neji Nii-san estaba actuando de esa manera y ni siquiera pude preguntarle porque en el momento que Otousan dio la orden para empezar, él me atacó sin piedad.

Duele...

Los ataques de Neji Nii-san eran mucho peor que el de los demás niños que me habían hecho entrenar.

Duele...

Cada golpe que me daba era como si estuviera destruyendo mis huesos.

Duele mucho...

Pero lo que más me dolía era esa expresión que tenía en su rostro, era como si me dijera que era menos que basura.

Por qué...

No sé la respuesta pero era obvio que el primo amable que conocía, ya no estaba, ahora solo había un niño que me odiaba por un motivo que no conozco.

Desde ese día, Otousan me hizo entrenar con Neji Nii-san, aunque más que entrenamiento era una tortura porque Neji ataca sin contenerse ni siquiera un poco.

Intenté pedirle ayuda a Otousan pero solo fue respondida por una mirada fría y sin emociones.

Por qué... Por qué me odias... Otousan...

* * * * *

Pasaron los meses y hoy me hicieron pelear contra Hanabi-chan. Ella tenía una mirada fría y sin emociones, una que no debería estar en una niña de 3 años.

"Hanabi-chan..." - dije mientras la miraba pero ella siguió sin responderme.

¿Por qué todos me miran así?

Hanabi tenía la misma mirada que me daban los demás miembros del clan.

¿A caso no me esfuerzo lo suficiente?

Seguía entrenando sin descanso pero nada parecía satisfacer a mis maestros.

"¡Empiecen!" - gritó Otousan y sin pensarlo dos veces Hanabi me atacó. Intenté defenderme pero mi cuerpo se sentía pesado.

El resultado fue obvio, Hanabi me ganó y ganó el reconocimiento del Clan, en cambio yo..

"Esos ojos..." - murmuré mientras caminaba hacia mi habitación con los ojos llenos de lágrimas - "Okaasan..."

"Basura..." - podía escuchar los pensamientos de la gente.

Rápidamente entré y me recosté mi herido cuerpo en la cama mientras las palabras de Otousan se repetían en mi cabeza - "Si no mejoras, ya no serás la Heredera del Clan..."

"Okaasan... lo siento..." - dije mientras empezaba a llorar.

Por favor... alguien ayúdenme...

* * * * *

Hoy empiezan mis días como estudiante en la Academia y como siempre, fui sola porque Otousan estaba ocupado con Hanabi-chan.

Cuando entré a la sala, vi como dos niñas de mi edad pelear por un motivo que no comprendía. Sinceramente solo quería que todo terminara para poder volver a casa y seguir entrenando sola porque ya nadie quería enseñarme nada.

Rápidamente el tiempo pasó y nuestro instructor apareció. Su nombre era Iruka Umino y se veía que era alguien amable. Él nos dio la orden de presentarnos aunque no quería hacerlo porque no le encontraba el sentido.

"Nadie querrá ser mi amigo..." - pensé con tristeza.

"¡Siguiente!" - escuché mientras todos me miraban - "¡H-Hai!"

"¡M-Mi nombre es H-Hinata Hyuga! ¡M-M-Mu-mucho gusto!" - dije avergonzada.

¡¿Por qué tenía que morderme la lengua en ese momento?!

Estaba completamente avergonzada pero aún así me di cuenta como alguien me estaba mirando con curiosidad. Él era un niño de cabello naranja rojizo y ojos de diferente color. Tenía que admitir que era guapo pero lo más llamativo eran esas hermosas orejas y cola de zorro. Por algún motivo mi cara se puso roja y mi corazón latía como loco cuando lo quede mirando.

Su nombre era Naruto Uzumaki, un chico amable y cálido. Él fue el único que se acercó a mi para poder hablar conmigo y con su ayuda pude conocer a los demás chicos.

Todos eran herederos de clan e incluso juro haber visto a algunos de ellos cuando era niña. Ellos me recibieron con los brazos abiertos a pesar de ser algo rara.

El tiempo pasó y la primera clase había terminado. Los chicos decidieron volver a sus casas siendo el primero en partir, Naruto-kun, siendo seguido por Ino-chan, una chica que sinceramente era la persona que yo quería ser, amable, alegre y sin este miedo constante.

¿Por qué eres amable conmigo?

Esos pensamientos no desaparecieron de mi mente. Estaba confundida, nadie había sido amable conmigo desde que Okaasan falleció.

No sé porque eres tan bueno conmigo... pero por favor... no me lastimes...

Me sentía extraña... este calor en mi pecho es extraño... se siente familiar... Okaasan...

Memorias empezaron a invadir mi mente mientras veía como mi madre me sonreía.

"Recuerda Hinata-chan, un día conocerás a esa persona especial, aquella persona que te ayudará cuando más sufres" - ella me sonrió mientras acariciaba mi cabeza - "Tal vez sea pronto, tal vez será dentro de mucho tiempo pero tienes que recordar que nunca tienes que rendirte porque si lo haces, nunca conocerás a esa persona especial"

¿Eres mi persona especial?

Sacudí mi cabeza para dejar de pensar en ello, era imposible que él fuera esa persona, aunque rogaba que fuera cierto.

¿Me ayudarás?

Por favor... hazlo... no quiero seguir sufriendo...

"Por favor no me mientas de nuevo... Okaasan..." - murmuré mientras reunía nuevamente el valor.

Cálmate, Hinata. Primero tienes que poner de tu parte.

Poco a poco mi valor aumentó mientras quedaba sola en la sala de clases.

"Tengo que dejar mi timidez atrás..." - pensé mientras miraba como mis nuevos amigos caminaban a lo lejos - "Tengo que ser más fuerte o no solo perderé mi puesto como heredera sino también a mis amigos..."

Así es Hinata, necesitas ayuda pero no puedes dejar todo a otras personas.

Tú también tienes que poner de tu parte.

Nuevamente pude ver la luz al final del túnel mientras rogaba que esta vez todo saliera bien.

* * * * *

Había pasado un año y todo había cambiado para mejor.

Durante este tiempo no solo estaba cambiando poco a poco sino que ahora realmente era amiga de Naruto-kun y los demás, en especial Ino-chan que ahora también era mi rival.

Hoy era el día donde le preguntaría a Naruto-kun si podía ayudarme a entrenar pero Ino-chan se metió en medio diciendo que ella también quería ser más fuerte.

Naruto-kun lo pensó un momento y nos indicó que lo siguiéramos a su casa para que se lo preguntara a Kushina-san, quien luego de preguntarle a Sora-san, la única persona que todavía me respeta, me dijo que ella era una de las kunoichi más fuerte que había tenido Konoha.

Con esa información sabía que ella me podía ayudar, ahora solo quedaba esperar que su respuesta fuera positiva.

Okaasan... tenías razón... él es mi persona especial... no me mentiste...

"Gracias, Okaasan..." - dije mientras las lágrimas corrían por mi mejilla - "Gracias por decirme que no tenía que rendirme"

* * * * *

Habían pasado dos años desde que le preguntamos a Kushina sensei que nos entrenara y por la forma que me refiero a ella, es obvio que aceptó.

El entrenamiento fue mucho peor que le que había tenido en mi hogar pero la diferencia era que este si daba resultados.

Kushina sensei era alguien sádica a la hora de entrenar.

"Ahora comprendo porque Naruto-kun es tan fuerte.." - murmuré mientras usaba la pomada de mi clan para poder curar mis heridas del entrenamiento.

Hoy era un día normal pero todo cambió cuando Naruto-kun nos dijo que él se iría a un viaje de entrenamiento de dos Años.

Tanto Ino-chan como yo estábamos destrozadas pero luego de hablarlo solo asentimos. Él ya había tomado su decisión y nosotras no podíamos hacer nada para impedirlo.

* * * * *

Habían pasado 2 años y hoy es el día del examen para ser Genin. También el día donde él vuelve. Solo espero ver como a cambiado y que sorpresas traerá con él.

Solo quiero verlo...

La persona que me ayudó a salir de esa oscuridad...

La persona que me hizo salir a delante...

Quiero verte...

Naruto-kun...

[Fin Flashback]

". . ." - Hanabi se quedó en silencio mientras miraba con dolor a su hermana mayor - "Onee-chan... ¿cómo es que lograste superar todo eso?"

"No lo sé, Hanabi-chan" - negó la mayor de las hermanas - "Pero ahora lo agradezco... si no hubiera pasado por todo eso, tal vez no hubiera conocido a Kurama-kun o a Ino-chan"

Si bien ella había sufrido como nadie, ahora estaba feliz con su vida. Ella tenía una mejor amiga que la apoyaba en todo, dos Sensei que se preocupaban con ella y un chico que la había ayudado desde que se conocieron.

"Pero volviendo a lo nuestro... ¿cómo es que te encontraste con Kurama-kun?" - preguntó Hinata con curiosidad.

"Lo seguí mientras él volvía a su casa... dos veces..." - murmuró Hanabi con vergüenza.

"¿Lo seguiste?" - preguntó Hinata con sorpresa - "¿Por qué?"

"Es porque..." - murmuró Hanabi con una voz cada vez más baja - "Se siente bien cuando me regaña..."

"¿Que?" - preguntó Hinata nuevamente.

"¡Se siente bien cuando me regaña, Ok!" - exclamó Hanabi con cara roja - "Me siento extraña cuando me castiga..."

Hinata solo podía imaginarse una situación similar mientras su rostros se ponía cada vez más rojo.

Kurama: "Has sido una chica mala eh~ Hinata-chan~" (tomándole la barbilla a la Hyuga)

Hinata: "¡L-Lo siento... Kurama-kun!" (un poco sonrojada)

Kurama: "Creo que tendré que castigarte Hinata-chan pero tranquila... solo te dolerá un poco al principio..."(Mientas acercaba lentamente su rostro al de ella)

Hinata: "¡Nooooo~!"

"¡Awawawawa~!" - de la cabeza de Hinata empezó a salir vapor mientras imaginaba todos los posibles castigos que le daría su pelirrojo.

"¡O-Onee-chan! ¿Estás bien?" - dijo un poco sorprendida la pequeña Hanabi al ver el estado de Hinata.

"¡N-No podemos Kurama-kun!" - gritó Hinata mientras despertaba de su sueño.

"O-Ok..." - dijo Hanabi sin saber que decir, aunque si pudieran escuchar sus pensamientos sería algo como "Onee-chan es una pervertida de closet..."

"¡Ahem!¡No puedo dejar que vayas sola!" - dijo Hinata con seriedad - "C-Como hermana mayor no puedo permitir que algo te pase así que te acompañaré"

Hanabi se quedo en silencio unos segundos - "Solo quieres que te castigue... ¿Verdad?"

"N-No se de lo que hablas" - respondió Hinata desviando la mirada.

"¡Vamos! ¡Somos hermanas! - dijo Hanabi tratando de hacer confesar a su hermana.

"Tal vez un poco..." - dijo Hinata con la cara roja - "¡¿Por qué me haces decir esas cosas?!"

". . ." - la Hyuga menor solo la miró en silencio mientras la mayor se sonrojaba más y más.

"¿Mañana vamos juntas? "- preguntó Hanabi con brillo en los ojos al ver que por fin haría algo junto a su hermana.

"N-No tengo problema con ello..." - murmuró Hinata mientras desviaba la mirada por la vergüenza.

Ese fue el día donde las hermanas Hyuga descubrieron que tenían los mismos gustos y al parecer... el mismo fetiche...

* * * * *

Segunda mitad reescrita en su mayoría.