Esta era una amplia habitación en la mansión principal de la familia Takagi, en este momento, había doce personas y un perro presentes.
Takashi, que estaba en la única cama de la habitación, una cama enorme y muy cómoda, estaba medio recostado, casi en una posición sentada, no tenia ropa en la parte superior del cuerpo, pero había varias vendas que lo envolvían.
Saeko, Yuuki, Sumire y Rika, estaban en un gran sillón, a la derecha de la cama, Saya, Nana, Kohta y Rei, estaban en otro sillón a la izquierda, mientras Alice, estaba en las piernas de Rika, con una cara curiosa, pero adecuadamente callada, mientras Zeke, también estaba en la cama, a lado de Takashi, sin molestar.
Enfrente había un sillón mas, aunque esta había estado mas separo en la habitación, fue arrastrado, para la facilidad de la plática, en el estaba Shizuka, y a su lado, estaba Kyoko Hayashi.
Takashi miraba a esta "maestra" fijamente, aunque no estaba interesado mucho en eso, al menos no en este momento, no pudo evitar pensar que las cosas se acomodaban de manera curiosa.
Por un lado, a pesar del retraso en llegar a la casa de Rika, Alice aun estaba viva, y hasta con Zeke, e incluso la muerte de Hisashi, fue de cierta manera, inevitable, pero por otro lado, un pequeño accidente, había hecho que Kyoko Hayashi, estuviera viva.
Ciertamente, cuando veía el inicio del Apocalipsis, había notado al Caminante acercarse a la puerta del colegio, pero fue justo antes de que los maestros reaccionaran, así que no les puso atención, pues ya sabía lo que pasaría.
Por lo que, cuando llegaron a esta mansión, y poco después de instalarse, la mujer que debería estar muerta, apareció ante él, viva, se sorprendió enormemente.
Kyoko Hayashi, era una mujer de 1.75, pelo café oscuro, ojos oscuros, entre los 30 o 35 años, a pesar de su apariencia dura, era una mujer madura, con un encanto seductor, principalmente, por su figura bien desarrollada, pechos amplios, caderas grandes, piernas largas, en general, una belleza.
Siempre había tenido una actitud muy estricta, y por eso no era tan popular como debía ser, pero sin duda, había muchos hombres, sobre todo adolecentes, que se fascinaban con su atractivo físico.
Lo curioso, era que según ella, un día antes del incidente, paso por la enfermería, dado que Shizuka, le llevaba un seguimiento, sobre un cierto asunto, ese era el mismo momento en que Takashi acababa de salir de ahí, así que la atolondrada enfermera, seguía quejándose sobre varias cosas, lo que hizo que le contara su situación a Kyoko, esto le recordó de un caso de desmayos, que había tenido su tío últimamente, junto con algunas exageraciones aquí y allá, la profesora decidió tomarse el día siguiente, libre, para llevar a su pariente a revisión, y así, se salvo de su situación en la escuela.
Claro, su camino hasta la casa Takagi no fue sencillo, su tío, ni mencionar, y los accidentes en el hospital, muy horrorosos para que ella quisiera hacer hincapié en ellos.
Tuvo la suerte de conocer a Yuriko, que había ido a ese mismo hospital, por un cierto incidente de auto y la lesión de un chofer. Con la ayuda de esta y sus guardaespaldas, ella volvió a salvarse, sin darse cuenta, que quizás era su segunda vez, teniendo dicha suerte.
Yuriko y Kyoko en realidad se conocían, no eran las mejores amigas, pero su relación no era mala, por lo que se le permitió quedarse en la mansión principal, cuando se entero de que algunas personas de la escuela Fujimi, habían llegado, inmediatamente se presento.
Otra cosa curiosa, era que entre todos los reunidos, aparte de su relación con Shizuka, eran Yuuki y Sumire, las que tenían la relación más cercana con Kyoko, ya que aunque fuera solo ocasionalmente que asistían, pertenecían al club de pingpong de la escuela.
- … aunque hay algunos de ustedes con los que prácticamente nunca tuve una relación, y apenas nos conocíamos… en cierto sentido, creo que a parte de Yuriko, ustedes son lo más cercano a amigos o familia… pues yo ya no tengo… así que si necesitan cualquier cosa de mi, pueden contar con ello –dijo Kyoko de manera muy seria.
- Gracias Kyoko, tu también cuentas con nosotras –dijo Shizuka con un gran abrazo, a lo que la mujer sonrió irónicamente, pero con un poco de calor reflejado en sus ojos.
- Ciertamente será de ayuda, tener una mujer adulta a parte de mi, en este grupo de mocosos, que me he echado a la espalda –dijo Rika, de manera lúdica, expresando que Shizuka también era una niña, ante lo que ella hizo un mohín, y Kyoko rio con más facilidad.
- Por el momento, debemos dejar descansar a Takashi-kun –dijo Kyoko, levantándose– espero que estés mejor rápidamente, vendré a visitarte más tarde.
- Gracias Kyoko…. san –dijo Takashi, ante lo que la mujer hizo una cara extraña, pero entendió que esta no era la escuela, y era mejor que se dirigieran de esa manera, por otro lado, eso la hacía sentir más cerca del grupo– Saya, te molestaría que les digas a tus… empleados, que me dejen dormir, y solo me traigan de desayunar, hoy no cenare.
- … está bien Takashi… descansa–respondió la aludida, un poco desorientada.
Takashi vio salir a Saya, pero decidió dejarlo así, ya tendría tiempo para ayudarla.
Una vez que la habitación quedo sin nadie, aparte de Takashi y Zeke, el chico decido que ya era hora.
Habiendo pedido a Yuuki que cerrara todas las persianas, la habitación estaba muy oscura.
Puso la mano en la cabeza del pequeño Zeke, y se quedo mirando al centro de la habitación, pronto, su vista parecía hundirse con la oscuridad circundante, tuvo la ilusión de quedarse ciego.
Después de casi media hora, luces empezaron a parpadear en la esquina de sus ojos, como las que una persona tiene cuando le da jaqueca, pronto, la habitación pareció tomar varios colores, rojo, azul, amarillo, era como una cámara especial, que veía en varios espectros de color.
Un dolor gigantesco, lo ataco de repente en la cabeza, pero una luz sutil, parecía emanar de sus pupilas, era tan ligera, que si no fuera por la absoluta oscuridad, contrastándola, no se notaria.
Después de unos segundos, todo regreso a la normalidad, y Takashi se acostó en la cama, cubierto de sudor, y con unas tremendas ganas de vomitar.
Por unos minutos, no sabía ni donde estaba, cual era la izquierda o derecha, que era arriba o abajo, una vez que se recupero, aunque aun había un pequeño deseo de volver el estomago y un leve dolor de cabeza, ahora también había una leve sonrisa en su boca.
… … … … … … …
Los días siguientes pasaron de forma muy tranquila, al menos para Takashi, aparte de estar "detenido" en cama, y "jugar" con Zeke, platicaba un poco con las personas que lo visitaban.
Yuuki, era la que más lo visitaba, y le jugaba algunos trucos, a veces bastante "crueles", debido a su falta de movimiento, platicaba con Rika, de la naturaleza de la ahora, fortaleza Takagi, tuvo la oportunidad de mencionar, de manera casual, los pulsos electromagnéticos, como si fuera la idea de una película que había visto, y que esta hablara con Yuriko sobre ello, para estar atento.
Kyoko también lo visitaba, al menos tres veces al día, le traía comida, postres, algunos juegos de mesa, o simplemente hablaba un poco sobre ella, como lo hacía con los demás, para conocerse mejor, al parecer, cortesía de la intervención de Yuuki, que pasaba mucho tiempo con ella.
De alguna manera, Kohta pareció escucharlo, y empezó a pasar tiempo con Sumire, enseñándole de armas y a disparar, parecía que Yuuki también había intervenido, y hecho que esta se juntara con el chico otaku.
Rei paseaba de aquí allá, con varios pensamientos en su cabeza, pero también estaba muy atenta a la situación de Takashi, junto a Nana, la cual también pasaba tiempo con Sumire y Kohta, de vez en cuando.
Shizuka parecía estar revisando la manera de ayudar a Takashi, a recuperarse más rápido, mientras hablaba de varias cosas con RIka y Kyoko.
Saya también visitaba a Takashi, pero estaba distraída, y al parecer, algo enojada.
El tercer día de la llegada a la mansión Takagi, Saya entro de manera agresiva al cuarto de Takashi, seguida de todos lo demás, siendo Kohta y Rei, quienes también tenían miradas extrañas, Saeko ensimismada en sus propios pensamientos, y Rika tan indiferente como siempre, mientras que Shizuka, que era acompañada de Kyoko, parecía tener la mirada de una niña atrapada en un conflicto de adultos
Saya empezó a hablar de lo "ideal" de la situación, y que no era correcto mantenerla, siendo que los otros e incluso su madre, solo querían que esta se relajara y tratara el mundo como si no pasara nada.
Sumiré, siempre callada, en realidad le grito a Saya, debido a que su familia había muerto cuando era muy chica, y sentía que la "pequeña princesa", no apreciaba a sus padres, que aun tenia.
Después de ese incidente, Saya se calmo un poco y pidió disculpas, pero argumento que eso no cambiaba la situación, algo que no podía mantenerse o todo colapsaría.
Algunos de los personas de la mansión, habían insinuado que debían quitarle las armas a Kohta y los otros "niños", Nana también estaba muy molesta con ello, pues aunque su carácter era vivaracho, su actitud también era imprudente, y no le gustaba que le dieran ordenes, en especial de lo que ella consideraba, lacayos.
La única razón por la que no habían actuado, es porque respetaban y temían a Rika.
Esto provoco un cometario inocente de Saeko, que solo quería aconsejar a Kohta, para que no se apegara tanto a sus armas, con una razón lógica, ante lo cual, el aludido, empezó a nombrar los defectos de las katanas, y pronto se salió de control, cuando Takashi por fin quiso intervenir, Hirano le grito sobre su falta de interés e ineptitud en "sus" armas, y salió de la habitación.
Sumiré decidió ir tras él, después de un consejo de Yuuki, mientras ella misma pensó en retirarse por el momento, viendo la mirada molesta de Saya hacia Takashi.
Saeko ladeo la cabeza pensativamente, y también se retiro, con Nana siguiéndole, a lado de Rei.
- … parece que enoje a todos, ¿golpeado cuando estoy abajo? –hablo Tajashi, con una sonrisa burlesca.
- Déjate de tonterías, Takashi, están molestos, porque aparte de meterte con Hirano, para defender a tu querida Saeko, no hablaste durante toda la discusión, incluso ella está molesta contigo, diría yo –respondió Saya, a la absurda broma del chico.
- ¿Celosa? –cuando Takashi vio la mirada mortal de la niña, se encogió de hombros y dijo– ¿Qué quieres que diga?
- ¡Takashi! –exclamo Saya molesta– ¿de verdad no te importa esta situación?
- … no por el momento, un poco de tranquilidad, no está de más…
- Pero es solo una ilusión, de gente que se engaña a sí misma, queriendo mantener el estatus quo, como si llamarnos niños, cambiara algo…
- Saya… entiendo tus pensamientos, pero tu madre solo quiere que estés bien, y tú que ella lo este, no le des tantas vueltas, relájate, tal vez, no tengas otra ocasión –aconsejo Takashi.
- Y ES POR ESO QUE NO PODEMOS RELAJARNOS AHORA
Después de ese grito, Saya salió azotando la puerta, Takashi inclino levemente la cabeza, pensando si dejar que se relajen es una mala idea, pero creyendo, que era necesario para verdaderamente avanzar, incluso si se equivocaba, dejo que la situación continuara, sin intervenir.
- ¿De verdad estas seguro, que esta es lo mejor? –pregunto Rika, que junto a Shizuka y Kyoko, aun estaban en la habitación– no es como si no entendiera lo que piensas, pero hay soldados que ya no pueden ser soldados, y forzarlos, los romperá.
- … … entonces que se rompan, no es como si la alternativa fuera mejor, pero sobre todo, si no pueden superar eso… tal vez es mejor que mueran…
- … … ¿?... … –no solo Rika, sino que las otras dos mujeres, se sorprendieron, no podían definir, si la respuesta era extremadamente fría o…
- … por otra parte –dijo mientras se encogía de hombros– la situación ya está ahí, desde que entramos a esta mansión, solo deben probarse ¿no?... … de todos modos, la líder elegida eres tú, confió en que puedas manejar la situación.
- Este hijo de… –Rika casi saca su arma y le da al chico descarado, solo le lanzaba el problema de forma descarada– Bah.
Dándose vuelta, la mujer también salió algo molesta, pero ahora entendía mejor los pensamientos del chico, y sabia más o menos, que hacer, lo que la hizo sonreír entre complacida y burlona, pero molesta y frustrada.
- ¿Y vosotras dos? –pregunto el chico.
- Hemos venido a darte tratamiento… bueno, Shizuka, yo solo quiero ayudar –respondió Kyoko.
- Oh –dijo Takashi con una ligera mueca, pues sabía de que se trataba, y nunca le gusto sentir pomadas en su piel, pero entendía que no podía evitarlo– de acuerdo, ¿Qué necesito hacer?
- Ufufufufu –empezó a reír Shizuka.
- … al menos ahora, pareces más un chico normal –comento Kyoko con una sonrisa.
- … no estoy seguro si eso me hace feliz.
- Jajaja –rio la mujer madura– por ahora, solo quítate lo que traes puesto, y quédate con solo ropa interior.
- ¿?, usted sabe, Kyoko-sensei, yo soy un chico muy puro, no puede hacerle esto a su alumno.
- Bah, nunca te enseñe nada –respondió Kyoko, ante la farsa del chico– apúrate.
- …. … ¿tomaran responsabilidad? –ante el comentario del joven, las mujeres le dirigieron una mirada maliciosa, este solo desvió la mirada– solo una broma, siempre quise hacer algo así, lamentablemente, no soy muy bueno con las bromas, pero… ¿Por qué también los pantalones?
- … –ambas mujeres se miraron, Kyoko no lo sabía, ya que no conocía bien a Takashi, pero Shizuka, entendía que el joven realmente no era bueno con cosas así, era tímido y callado, o por defecto, más directo, nunca coqueto, el tono rígido de sus bromas, lo demostraba, así que entendió que solo quería aligerar el ambiente, después de pensar en ello, respondió– escuche de cómo fue el accidente, y te he estado revisando, es mejor un masaje un poco más completo, y estimular tus articulaciones, para que no queden rígidas… de hecho, ya le di este masaje a Rika… ufufufufu, deberías haberla visto, eso fue divertido, me pregunto…
- … … Kyoko-san, ella quiere asustarme, ¿cierto?, ¿cierto? –pregunto Takashi dos veces, ante el hecho, que la maestra desvió la mirada.
Ciertamente fue una experiencia estimulante, en muchos sentidos.
Las manos de una mujer adulta, bella, sexy, algo erótica y al parecer un poco sádica, recorriendo su espalda, su espalda baja, y moviéndose a través de sus muslos, fue bastante…
Mientras que Shizuka, insistió en dar un masaje a su pecho y eso le hizo avergonzar, ya que tener una erección visible, solo cubierta por unos calzoncillos, ante dos mujeres maduras, que solo lo sujetaban o lo masajeaban, para genuinamente ayudarlo a sanar, era…
Por otro lado, era una sensación frustrante, algo parecida a un masaje deportivo, en ciertas ocasiones bastante doloroso, lo que lo hacía parecer un masoquista, pues aun con dolor, su erección no bajaba, mientras que un pequeño rubor pasaba por las mejillas de Kyoko, ante la extraña situación, de gemidos entre dolor y placer, lo que la hizo pellizcarlo varias veces, de forma bastante dolorosa.
- Si no fuera por el dolor… creo que lucharía contra Rika-san, por ti.
- Ufufufu, perderías, ella nunca me dejara ir –contesto Shizuka, siguiéndole la broma.
- … creo que exageraste un poco
- … –en realidad, Kyoko estaba de acuerdo, aunque sabía de la lesión del chico, en este momento, ya podía hasta parase, el masaje completo de su amiga, iba por la borda, incluso le pidió ayuda, por que sintió que hacerlo a solas, era muy vergonzoso, demostrando que ella se daba cuenta.
- … bah, que seas un pequeño pervertido, con esa cosa, levantándose solo por un poco de dolor, no es algo que me esperara –contesto Shizuka, volteando la cabeza, como haciendo un mohín.
- Siento que si no reaccionara, ante dos maduras y hermosas mujeres, tendría que reconsiderar mi sexualidad –respondió Takashi, ante lo cual, Kyoko lo volvió a pellizcar, con una mirada fulminante, pero una sonrisa feliz, ella era de la idea, que a ninguna mujer le molestaban los cumplidos.
- … no tienes que esforzarte tanto, Shizuka-san, el mundo no nos esperara.
- … No entiendo tu razonamiento, Takashi-kun –dijo Kyoko– si piensas así, por que no estuviste de acuerdo con Saya, porque das un consejo tan contradictorio.
- … el mundo no nos esperara, pero nosotros somos humanos, si fuéramos al ritmo del mundo, no seriamos lo que somos, ni estaríamos en la situación que estamos, así que presionarse no tiene caso, no solo no conseguiremos nada, aunque el mundo sea lento, no podremos seguir el paso
- … –Kyoko y Shizuka se quedaron calladas, no podían estar completamente de acuerdo con el razonamiento del chico, pero no podían negarlo, entonces la ex enfermera, hablo con un bajo tono de voz– yo solo quiero ser útil… no soy como Rika… solo me siento útil dando consejos con mi experiencia… … pero ahora, tú me das consejos a mi… esto es todo lo que puedo hacer.
- … a veces lo digo de broma, y a veces las personas no se dan cuenta, no solo la que lo hace, si no la que lo recibe, pero es un hecho, que por solo estar ahí, una persona es útil… a veces… … saber que alguien depende de nosotros… es una forma de depender de ella… –respondió Takashi, con una mirada melancólica, ya que la experiencia de su sueño, no era la única que le había enseñado eso, hasta que empezó a salir con Hisashi, solo por estar ahí, no se había percatado, de cuanto dependía de Rei– ustedes no solo tienen mucho que enseñar y en lo que ayudar, aunque no parezca grandioso, o a veces, siquiera útil, pero incluso sin ello, solo por ser mujeres hermosas, yo me levantaría cada día para verlas, sin hablar de si…
- Bah –resoplaron ambas mujeres, interrumpiendo sus palabras, pero mucho más felices, Kyoko dijo– no seas demasiado codicioso, encárgate primero de Saya.
- … quizás exagere un poco –admitió Shizuka, mientras veía a Kyoko salir de la habitación– pero no es como si fuera inútil… cuando te revise, así como Rika y Saeko, parecen haber forzado mucho sus cuerpos…
Con esas palabras, Shizuka también salió, dejando a Takashi solo, y pensativo.
El no se estaba realmente insinuando a Kyoko o Shizuka, aunque las deseara, solo quería explicar que lo que son, vale mucho, aunque ahora que se daba cuenta, podría haber sonado como un insulto, e incluso, de buena forma, como se había dado el caso, como una propuesta.
Esto lo hizo percatarse, de que de verdad no sabía cómo decir las cosas, o consolar a la gente, pues si ellas lo hubieran interpretado como el hecho de que tenían que empezar a "venderse" a sí mismas, para ser útiles, eso realmente hubiera sido un error, que la palabra "perdón", no podría solucionar; al menos ahora, sonó algo romántico, aunque codicioso, esperaba…
Pero antes de tener un pensamiento real sobre ellas, quería "mantener" adecuadamente a Saya, y que esta no tuviera más dudas sobre quedarse a su lado, y luego hacer sentir más segura a Yuuki.
Una vez solucionado eso, y ganar más fuerza, podría pensar en otras cosas o mujeres, y sentirse más seguro al lado de Saeko, la única que de verdad no quería perder… bueno, quizás a ninguna, pero Saeko y Saya, eran sus verdaderas prioridades.
Respecto a lo que dijo Shizuka, ciertamente luchar con Caminantes, sobre todo de nivel 3 , y aun mas, nivel 4 hacia arriba, podría exigir más del cuerpo, Takashi estaba tan concentrado en su despertar espiritual, que olvido que tenía un cuerpo de carne y sangre, a veces, muy frágil.
Mientras se recostaba y se perdía en el recuerdo, de la deliciosa sensación, de las manos de Shizuka, pues teniendo a las dos mujeres juntas, mas el dolor, no le había permitido, disfrutar del toque de la hermosa mujer, Takashi se quedo dormido, pues al final, el masaje también era relajante, dejándole una sensación de sueño.