Este era el noveno día del Apocalipsis, un día después de la llegada de Soichira Takagi, y dos días después de que Takashi y Saya, hayan definido su relación.
Saeko estaba en el patio oscilando su katana, mientras Takashi se acercaba a ella.
- ¿Conseguiste otra Katana, Saeko? –pregunto el chico, después de observarla por un tiempo, con la mirada algo perdida.
- Si, Soichiro-san y mi padre eran amigos, después de una charla, me la regalo –contesto Saeko con una cara algo extraña.
- … ese viejo –Takashi movió la cabeza negativamente, pero no se sintió ofendido, si Soichiro Takagi no lo buscaba hoy, el mismo lo buscaría mañana, no tenía ganas de jugar juegos de poder o someterse a tontas pruebas, en el peor de los casos, hablaría con su propio grupo y con Yuriko– ¿puedo tomar esta Katana?
- … claro, pero, ¿sabes usarla? –respondió Saeko, al ver a Takashi tomar la katana, que había recogido de uno de los hombres muertos de Yuriko, durante el incidente del almacén.
- Se usar el arma, aunque no se kenjutsu… pero quiero enseñarte algo, ¿Qué opinas?
- … claro –respondió Saeko algo intrigada.
- Físicamente soy más fuerte que tu, y al menos hoy, no podrás hacerme daño, así que no te contengas –hablo Takashi con gran confianza, mientras miraba a la chica con cara seria.
- … de acuerdo –aunque no estaba segura de lo que el chico quería hacer, Saeko asintió fácilmente.
Takashi sujeto la katana y la giro en su mano, luego dio un paso hacia delante, poniendo su pie derecho, al frente del otro, mientras hacia una tajada, hacia ella.
Saeko alzo una ceja ante tal movimiento, pero viendo que la katana parecía recorrer una línea perfecta, sin desviarse ni un milímetro, asintió, era como Takashi había dicho, no había técnica real, pero su capacidad para manejar el arma, realmente estaba ahí.
Cuando la chica recibió el corte con su propia katana, sintió una fuerza absurda recorriendo su cuerpo, junto a una especie de descarga eléctrica, y termino siendo rechazada, casi ocho pasos, con una cara bastante sorprendida.
- No te distraigas, ahí viene el siguiente –dijo Takashi, mientras iba hacia Saeko, continuando con un fuerte impulso.
Con un giro de su katana, esta se alineo con su brazo, y como si quisiera estamparse contra la joven, corto con inmensa fuerza.
Pero Saeko, estaba más preparada esta vez, con la postura correcta, lanzo un corte de arriba abajo.
Takashi solo inclino ligeramente la katana, para hacerla coincidir con el filo del arma de la chica, y cuando se hizo el impacto, Saeko volvió a ser rechazada, solo tres pasos esta vez.
Cuando la niña se dio cuenta, Takashi ya le lanzaba una especie de puñalada, esto la hizo contraer los ojos bruscamente, mientras una sensación de intimidación como nunca antes, le recorría la espina dorsal.
Saeko ahora estaba genuinamente sorprendida, sabía que Takashi se especializaba en ataques de tipo punzante, pero nunca creyó que fuera tan ridículo.
Con una posición firme, Saeko tomo su Katana con las dos manos, y haciendo una especie de movimiento giratorio, golpeo el centro del arma de Takashi.
Ella sintió, como si estuviera tratando de cambiar la trayectoria de un camión, incluso fue rechazada hacia un lado por su propio intento, aunque este fue exitoso.
Pero Takashi hizo que su pie trasero, se pusiera detrás de su cuerpo, y usándolo para girar su cuerpo y cintura, logro balancear la Katana hacia la chica, Saeko lo recibió en una mala posición y termino siendo lanzada al suelo.
- … ¿estás bien? –pregunto el chico.
- … –Saeko lo miro de forma penetrante y extraña, como si lo conociera por primera vez, ya lo había visto luchar, pero…
- … como te abras dado cuenta, mis "técnicas", si se les puedes llamar así, están destinadas a los Caminantes, claro, no es como si cualquier persona me pudiera ganar, incluso podría ser un reto para ti, pero no vencerte… ahora mismo, lo que hice, puedes llamarlo un truco, pero también le puedes llamar una forma diferente de fuerza… claro, a diferencia de lo que crees, al menos en este aspecto, no me menosprecio, y sé que sin una cierta capacidad, incluso este "truco" o "fuerza" sería inútil… al menos contra ti.
- Ahora –continuo Takashi, mientras Saeko se ponía de pie y le prestaba atención– esta "fuerza", es algo que cualquiera puede desarrollar, sobre todo en esta nueva era, pero para alguien como tú, será mucho más sencillo… este es el ultimo corte que puedo hacer por hoy, usarlo de la manera que lo hago ahora, es algo estresante, y mi cuerpo aun duele, no te defiendas, solo recíbelo y "siéntelo"… después, puedes intentar imitarlo, hasta lograrlo… confió en que lo lograras… cree en mi… con ambas manos.
Saeko no necesitaba tantos explicaciones, pues había sentido y visto las anomalías, por otro lado, confiaba bastante en el chico, pero aun lo escucho atentamente, y se preparo para recibir el ataque.
Takashi puso su pie derecho al frente y su brazo con la Katana en al lado de su cara, junto al oído izquierdo, con una mirada aterradora y penetrante sobre la niña, giro su cintura y su brazo con la Katana.
Después de recibir el corte, Saeko fue lanzada por una decena de pasos, pero aun término cayendo, sin embargo, no se levanto.
Se quedo con la mirada perdida, pero como si pudiera mirar algo, Takashi solo sonrió, pero pronto, sintió su cuerpo muy cansado y adormilado, de verdad no era sencillo usar sus capacidades de dicha manera, cuando estas acababan de despertar.
… … … … … … …
Dos horas después, Saeko abrió los ojos, estaba acostada en su habitación, ni siquiera se había dado cuenta, cuando se quedo dormida o perdió la conciencia.
Al girar la cabeza, vio a Takashi ahí sentado, mirándola con una suave sonrisa.
Ella se levanto y de pronto sintió mucha hambre.
- Aquí hay algo de comer, es solo comida en frio, una vez que te sientas mejor, puedes bajar y pedir algo caliente –hablo Takashi.
- Gracias… –respondió la chica un poco desconcertada, después de comer, y organizar sus pensamientos, volteo a ver al chico una vez más– siento que algo a cambiado en mí, pero no lo puedo identificar, ¿me podrías decir, que está pasando?
- Bueno… quiero esperar a hablar con todos, pero por el momento, digamos que te has vuelto más sorprendente, lo que debes hacer, es practicar como lo hacías antes, pero esta vez, mientras piensas que eres más fuerte, que eres más rápida, que puedes cortar lo que creías que no puedes cortar, o lo que no puede ser cortado… ¿recuerdas lo que sentiste después de mis ataques?, sobre todo de la puñalada, y el ultimo corte –dijo Takashi.
- Si, era una sensación muy extraña… no lo puedo describir –respondió Saeko con una expresión complicada y desconcertada.
- No necesitas describirlo, solo intenta imitarlo, y poco a poco, entenderás, incluso si las palabras aun no pueden expresarlo –dijo Takashi con una sonrisa.
- De acuerdo –la chica asintió con una cara de reflexión.
Después de eso, espero a Saeko afuera, mientras esta se bañaba y cambiaba.
Cuando ella termino, se presento ante Takashi con un kimono morado, muy elegante; se veía como una dama de alta clase, llena de encanto y nobleza, era muy hermosa y femenina.
- ¿Pasa algo? –pregunto la joven, viendo la mirada perdida del chico.
- … No, nada, lo siento, es que es una nueva imagen que veo en ti, te ves muy… hermosa –respondió Takashi algo distraído, sin saber que palabras elegir.
- … … gracias –respondió Saeko con un leve sonrojo en su cara, el cual oculto diciendo– vamos, tengo mucha hambre aun.
- … si –contesto Takashi de forma distraída, aun ensimismado en la belleza de la joven.
De esa manera, fueron al comedor y pasaron un rato comiendo y platicando de varias cosas.
De pronto, se escucho un fuerte ruido, eran gritos de varias personas, y luego, un grito aun más fuerte.
- … … niños, ellos no pueden tener armas como estas, intentamos hacérselos entender, pero no quieren cooperar, son un montón de mocosos egoístas, Soichiro-sama –cuando Takashi y Saeko, fueron hacia el lugar del ruido, escucharon a un hombre hablar, que estaba en medio de la explicación de lo que según él, estaba sucediendo.
El hombre que hablaba era un tipo que medía 1.68, era medianamente gordo y con barba, detrás de este, había dos hombres, uno más alto y otro de una estatura semejante.
Las explicaciones, se las estaban dando a un hombre alto, de 1.90, de pelo negro y ojos negros, con expresión dura y emanando un aura, como si estuviera enojado, tenía algunas cicatrices en el rostro y estaba vestido con ropa oscura, era el dueño de la mansión Takagi, Soichiro Takagi.
Por otro lado, Kohta, Nana, Rei, Sumire y Rika, estaban a un lado, cuando ese hombre termino de hablar, Nana exploto.
- Cállate viejo, esas armas no te pertenecen, y solo eres un lacayo de quinta que ni siquiera debes saber cómo usarlas.
- Tu… mocosa malcriada y egoísta, ¿es que tu sabes usarlas? –respondió el hombre, ahora enfurecido, pues sentía que una niña no debería socavar su autoridad.
- ¿Oh?, ¿quieres que te muestre que las se usar?, tal vez debería llenarte de balas para que no tengas dudas –respondió Nana de manera agresiva, como si de pronto tuviera un aura abrasiva.
- ¡BASTA! –se escucho la voz de Soichiro, luego miro hacia Nana y le pregunto– ¿Por qué no entregan las armas?
- … porque no son de ustedes, algunas son de Rika-san y otras las conseguimos nosotros –respondió la chica algo asustada, pero como si le molestara esa sensación, tomo aire y dijo– y no creas, que por qué pareces un mafioso, me amedrentaras, mi padre si era uno e incluso mate a uno yo misma, después de recibir esta cicatriz y era… … era más alto que tu.
- … –todos se quedaron sin palabras ante las palabras de la niña, en especial cuando dijo que aquel gánster era más alto que Soichiro, pero este no se enojo, solo sonrió un poco– eres una buena mujer, no avergonzarse por tu cicatriz, muy bien, ¿y tú?
- … … soy lo suficientemente capaz para usar estas armas, no creo que tengan razón para quitármelas… no una valida –aunque la respuesta de Kohta fue más débil, e incluso algo vacilante, su mirada era muy seria y decidida.
- Mmm… has encontrado a una buena mujer, chico –Soichiro solo respondió eso, después de echar otro vistazo a Nana.
- ¡¿Qué?! –ambos chicos se sobresaltaron y avergonzaron, pero el hombre ya los había ignorado.
- ¿Y tú qué opinas, Komuro? –pregunto Soichiro, haciendo que todos voltearan a verlo, también, de pronto había aparecido Yuriko, y lo miraba con curiosidad.
- … no mucho, si él cree que merece esas armas, que se las quede, yo lo apoyare, es una época en la que tenemos que tomar nuestras propias decisiones y dar un paso al frente, incluso si algo débil, me enorgullece tener un compañero como Hirano –respondió Takashi, encogiéndose de hombros.
- … buenas palabras, pero, ¿crees que puedes ser un buen líder de esa manera tan suelta? –dijo Soichiro con el ceño fruncido.
- … tu idea de un líder y la mía es muy diferente, Soichiro-san –respondió Takashi, siendo más directo, para no parecer menos, luego volteo a ver a Saeko y recordó las palabras que le dijo, esa noche en el autobús– por otro lado, nuestro líder es Rika-san, yo tengo mi propia forma de hacer las cosas y aun apoyar a mis compañeros.
- Mmm… supongo, ¿y mi hija?
- … está durmiendo –Takashi sabia a que se refería, pues en su casa y con alguien como Yuriko, no creía que lo que había pasado entre Saya y él, fuera un secreto, en especial cuando se la paso toda la noche en su habitación, e incluso ayer, la volvió a visitar por la noche, pero no quería hablar de ello enfrente de todos, así que solo añadió– la cuidare bien.
- Ufufufufu –Soichiro no respondió, pero Yuriko se rio un tanto divertida, y un tanto escalofriantemente.
- … por el momento se quedaran las cosas como están –ordeno Soichiro, y antes de que los hombres pudieran replicar– y ustedes, en lugar de usar su edad, para ordenar a otros más jóvenes que ustedes, usen su capacidad, sino la tienen, ¡lárguense!
- S-i, si, Si –respondieron los hombres mientras se retiraban, casi como ratas asustadas, luego volteo a ver a Takashi de nuevo– Yuriko ya me informo de lo que ha sucedido mientras estuve fuera, yo también me encontré con uno de esos monstruos, como el que la ataco.
- … –después de escuchar esas palabras, la ceja de Takashi se levanto– esta ciudad era más peligrosa de lo que creía …
- … bueno, no lo niego, pero según tu lógica, el monstruo que me ataco, se debió a un cementerio antiguo.
- … veo.
- También platique un poco con Minami-san, entiendo que lo que tienes que decir es importante, así que esta tarde podremos hablar –continuo Soichiro.
- De acuerdo –dijo Takashi, no veía ningún problema con eso.
Después de ese breve intercambio, Soichiro y Yuriko se retiraron.
- … gracias Komuro –dijo Hirano.
- No hay problema, como dije, eres mi compañero, espero mucho de ti, pero también espero que crezcas, este mundo… para bien o mal, ya no puede ser solo lo que conocemos –dijo Takashi.
- Así será –dijeron Kohta y Nana al mismo tiempo, pues la chica también estaba de acuerdo, y quería ayudar al chico, en el que había llegado a confiar.
Por la actitud de Hirano, se podía apreciar el buen trabajo y la gran capacidad de Rika, como líder.
Después de eso, todos se dispersaron y buscaron algo que hacer, Rika parecía estar ayudando con las defensas de la mansión, mientras Kohta les ensañaba a Sumire, Rei y hasta Yuuki, a disparar adecuadamente y manejar mejor las armas, al igual que ayudaba a mejorar a Nana.
Takashi se paseo un poco por la mansión, y fue acostumbrándose al despertar de sus nuevas capacidades, lo que lo hacía más fuerte, por cada instante.
Claro, esa era una forma de decirlo, ya que por la naturaleza del poder que tenía, solo se podía considerar así, desde cierta perspectiva.
Después de un tiempo, fue a la habitación de Saya, entro sin tocar, y la encontró dormida, mientras solo vestía un camisón, había trastes en una mesilla cercana, que sugerían que había comido hace poco, como máximo, una hora.
Cuando Takashi se sentó en la cama, y empezó a acariciar sus piernas, Saya se percato y abrió los ojos, cuando noto las acciones del chico, le envió una mirada maliciosa.
- No me has dejado descansar bien desde hace dos días, es que aun no estás satisfecho.
- Vamos Saya, no lo digas de esa forma, cualquiera que oyera, lo podría malinterpretar, aunque ciertamente no puedo saciarme de tu cuerpo, no hables como si no me hubiera quitado de encima de ti por 48 horas completas, aunque me daría una especie de buena reputación, se puede comprobar fácilmente y terminare quedando mal,
- Bah, incluso si no es así, ¿cuántas veces me has… tomado desde ese momento? –pregunto Saya con cara enfurruñada.
- Ugh… no fue tanto –dijo Takashi desviando la mirada– y fue necesario… en cierto sentido.
- Bah… la sensación es muy rara, ¿también lo harás para las otras chicas? –dijo Saya, con un cambio abrupto de tema y lanzando una mirada peligrosa.
- No, aunque quisiera, hay muchas limitantes, por no hablar de que incluso por este medio, no cualquiera lo puede lograr, respecto a cuanto hare, te lo dejare a ti en la mayoría de los casos –respondió Takashi.
- … bah… –volteo la cara Saya, de nuevo algo enfurruñada, pues sabía que, al menos por el momento, había una chica más que recibirá su mismo "tratamiento", pero cuando acepto volverse la mujer de Takashi, bien o mal, también acepto ese tipo de cosas, y ahora, sabiendo todo lo que esperaría en el futuro… de alguna manera, podía entender que lo necesitaría… solo que le tomaría algo de tiempo acostumbrarse, mientras más avanzara la situación del mundo, mas fácil seria, eso creía.
Después de un tiempo, en el que Takashi se acostó con Saya, y se acurruco abrazándola y besándola un poco, un ruido repentino los despertó, era un disparo, uno que parecía venir de muy cerca de la mansión.
- Iré a ver.
- No, iré contigo, de todos modos debo levantarme para la reunión con papa –dijo Saya.
- De acuerdo.
Cuando salieron, se dieron cuenta que la conmoción era en la entrada, cerca de la reja, que separaba el perímetro exterior de la mansión.
Al llegar ahí, vieron a un grupo de gente reunida, por un lado, estaban todos sus compañeros, incluida Kyoko y Alice.
Por otro lado, estaban los hombres pertenecientes a la familia Takagi y hasta el propio Soichiro, incluyendo a Yuriko.
También había un grupo de refugiados, eran personas que fueron rescatados por las acciones de la familia Takagi, muchos de ellos, extremistas irresponsables, que no se adherían a la realidad.
Muchas de esas personas con pensamientos hipócritas o idealistas, basados en sus propios deseos egoístas, hacían expresiones de horror, y miraban al centro de la situación que se desarrollaba, con miradas de desaprobación y desprecio.
Ahí estaban dos figuras, una era Koichi Sidou, que de alguna manera, había llegado hasta la mansión Takagi.
Y enfrente de este, se encontraba Rei, amenazándolo con un revólver, al parecer, ya había hecho un disparo, fuera por advertencia, o para llamar la atención.
- Como dije, ¡mátalo!, si crees que es lo que debes hacer, ¡mátalo! –dijo la fuerte voz de Soichiro, hacia Rei.
- … … … lárgate, ¡LARGATE! Y nunca vuelvas a aparecer frente a mi –exclamo Rei, después de un momento de silencio y muchas cosas pasando por su mente; justo al instante de que ella dijera eso, mientras Shidou se daba la vuelta, preparándose para retirarse, una mano paso por el hombro de la niña, cuando esta vio de quien se trataba, dijo de forma brusca y con un tono de voz algo elevada– no intentes consolarme, nunca… … nunca te percataste de nada, solo Hisashi me apoyo en ese momento, por eso yo…
- Shidou –cortando las palabras de Rei, y con las cejas arrugadas, ya que las palabras de la niña, no habían hecho otra cosa que enfadarlo, Takashi llamo al antiguo profesor.
Cuando este se dio la vuelta, antes de que pudiera decir algo, sintió un dolor inmenso en el pecho, era un cuchillo atravesando su corazón.
- Te dije, no te lo diría por tercera vez –hablo Takashi con una expresión helada en el rostro, ante la mirada incrédula y de terror de Shidou, y antes de que su cuerpo cayera, una espada le cortó la cabeza, la cual también manejaba el chico.
- … –cuando se dio la vuelta, todos tenían expresiones estupefactas, sorpresa, horror, confusión, alarma, Rei se adelanto y quiso hablar– Taka…
- Cuando escapábamos de la escuela –interrumpió el chico con voz fuerte, pero sin gritar– justo cuando estábamos pasando por un altavoz, la alarma de incendios sonó, esto provoco que fuésemos atacados por esas cosas, y que dos estudiantes murieran, mismo evento que provoco la muerte de un compañero de clase, Hisashi Igou, convenientemente, durante ese suceso, Shidou y sus alumnos, nos interceptaron y aprovecharon para escapar con nosotros, no hace falta ser un genio, para entender la situación completa, mis acciones, son solo el hecho de deshacerme de una plaga y un enemigo, que para sus propios fines, intento matarnos en una o quizás en dos ocasiones.
Cuando Takashi termino sus palabras, Rei sintió como si algo se atorara en su garganta, sobre todo cuando vio la mirada fría e indiferente, que el chico tenía cuando la miraba, sabía que en un momento de enojo, había vuelto a decir algo equivocado, que los alejaba, una vez más, y sintió que su corazón se estrujaba.
Soichiro solo miro profundamente a Takashi, al darse cuenta que sus palabras eran ciertas, o al menos de que el joven no mentía deliberadamente, solo asintió y ordeno a su gente, disipar a la multitud.
Cuando Soichiro iba a decir algo más, una luz extremadamente deslumbrante, ilumino el cielo, Takashi también miro hacia arriba, y aparte de la luz, vio algo que hizo que su corazón saltara por un instante.
En lo más alto, en un lugar que nadie noto, o en un nivel, que solo alguien con poder espiritual, podía ver, vio un tinte de color rojo, muy sutil y efímero, pero que empezaba a teñir el cielo.
El sabia que eso no era el sol, era el comienzo, de lo que pronto seria "El Cielo Rojo", o también, al menos para él, "El Portal De La Muerte", aquel que conecta el mundo de los vivos, y el de los muertos, claro, esa solo era su opinión, pues fueron las suposiciones que hizo dentro de su "sueño", pero sin importar que, era la representación, de lo que pronto seria la "Segunda Ola", después de que iniciara el Apocalipsis.
- Todos pónganse a trabajar, revisen los instrumentos, verifiquen las barricadas, dispersen o destruyan a los Caminantes o monstruos que se acerquen al tercer perímetro –de inmediato, se empezó a oír la voz de Soichiro, dando órdenes.
Él no era estúpido y si lo fuera, su esposa e hija eran unas genios, así que entendía lo que pasaba, era una suerte, que gracias a Rika, hasta donde sabia claro, se hubieran implementado protecciones contra los pulsos electromagnéticos, aun así, siempre había fallas, por lo que quiso que todo fuese verificado.
Le pidió a Rika que se encargara de las personas que venían con Shidou, y dijo que volvería después, pero antes de que se pudiera ir.
- Necesito tener esa platica ya, Soichiro-san, sino puedes asistir, hablare con Yuriko-san, no podemos perder más tiempo –dijo la voz extremadamente seria de Takashi.
- … –cuando el hombre vio la mirada seria del chico, solo asintió– volveré a tiempo.
Después de eso, se retiro rápidamente con sus hombres, y empezó a trabajar en lo que creía, era lo mejor que hacer, en estas circunstancias.
- Takashi, yo solo… no quise decir lo que dije, no de esa forma –dijo Rei de pronto.
- Hay cosas que no podemos cambiar, aunque creamos que lo hayamos hecho, te lo dije, no te culpo por tus decisiones, en especial porque hay algunas, de las que no te arrepientes o consideras errores, solo date cuenta de lo que dices ¿si? –dijo Takashi de forma indiferente, aunque las palabras de Rei lo molestaron, después de ver el comienzo del "Cielo Rojo", no quería ponerle mucha atención– por ahora, hay cosas más importantes, vamos.
Con una cara deprimida y triste, Rei solo pudo asentir, y ver como Saya tomaba el lado de Takashi, mientras se dirigían de regreso a la mansión, se pregunto, si el chico había sentido tanto dolor como ella ahora, cuando la vio al lado de Hisashi, desde la espalda, y entonces comprendió, porque no podía simplemente olvidar tal cosa.
Solo apretó los puños y vio el cadáver de Shidou, de pronto sintió que su oído hacia el hombre, era… infantil y pasajero, y entendió que si se dejaba llevar por un sentimiento obsesivo, podría perder mucho más de lo que ya había hecho, con Hisashi y Takashi, por lo que si no quería perder todo lo que le quedaba, tenía que ser más flexible y decidida.