El primer paso para su revolución

Lou ni siquiera terminaba de masticar la dona azucarada cuando ya se introducía la galleta de chocolate.

Mey, literalmente, estaba boquiabierta a ver como él tragaba la comida chatarra sin parar.

<<¡Dios mío!, ¿por qué come apresuradamente? ¿Dónde estuvo todo este tiempo?>>, se preguntaba Mey con una angustia y curiosidad.

Dejando de lado sus dudas; quiso saber a qué hora era, así que encendió el televisor, su único medio para ver la hora. Agarro el control y empezó a cambiar de canales al azar y enseguida en un canal de variedades, observó la hora: 12:10 a.m.

Bueno, a ella no le sorprendió tanto la hora, simplemente pensó que era como esa madrugada de año nuevo.

Para ella podría ser cualquier casualidad pero para Lou, esto era otra cosa; volver a renacer en el Planeta Tierra. Su comportamiento extraño de ahora se debía a un cambio inusual en su organismo a nivel cognitivo, conductual y fisiológicos.

Por ahora, él no era capaz de procesar su extraño comportamiento; su mente estaba revolucionando y este solo era el primer paso para su gran renacimiento poderoso y majestuoso. Esas curiosidades que había desarrollado internamente, estaban a punto de explotar a través de una metamorfosis inigualable y todo esto sería en cuestión de días.

Por supuesto, todo este cambio drástico se produjo al no regresar a su Planeta Marte como lo tenía estipulado, el rebasar su hora exacta de tiempo fue producto de poder estar en contacto con una especie humana y nada menos que, Mey.

Claro, aquellas luces que vio Mey eran una señal para el ser enigmático de Lou pero por alguna extraña razón, él no pudo ascender.

Por otro lado, Mey sólo podía observar con una mirada perdida a como Lou se terminada todo lo que había sobre la mesa de centro.

Al siguiente segundo, Lou al ver que terminó todo esa comida chatarra, inclino su cabeza al mismo tiempo que tocaba su sien. Mey fruncio su ceño.

- Es...es un egnima, el sabor, todo es nuevo... - murmuró Lou con sus manos sucias de azúcar al igual que sus labios.

Tenía un semblante de inocencia y curiosidad ante lo que veía y sentía dentro de él.

De tal forma, sus papilas gustativas de él estaban funcionando y ese sabor extremo del azúcar le provocó que sus pupilas se dilataran.

Mey sólo le pareció muy raro como él se expresaba como un niño pequeño que acabo de probar el dulce más delicioso del mundo. Así que no sé aguanto las ganas de su curiodad interna al ver a Lou con la mente perdida. Se aclaró su garganta, y ella le preguntó: - Lou, ¿puedes decirme cómo te sientes? ¿A-Adónde estabas...?

Rápidamente, él escucho la voz suave y temerosa, algo surgió en su interior, cierta emotividad al volver escuchar con más claridad la voz de ella.

Como si apenas Lou fuera consciente de la presencia de Mey, alzó su vista hacia ella y respondió: - No regresé, yo...yo sigo aquí... - vio las palmas de sus manos y ese sabor del dulce, le aceleró su corazón como si recibiera un fuerte electrochoque y todas sus neuronas se movilizaron al máximo poder.

Él se levantó de inmediato, haciendo que Mey tragara saliva fuertemente por ese súbito movimiento. Lou camino con su expresión contorsionada hacia el pasillo, directo al baño.

Mey solo pudo observar como la silueta de él, desaparecía...

<<¿Q-Qué le pasa? Esta actuando como otro...>>, pensó Mey con su ceño fruncido. Con esa incertidumbre que yacía encima de ella, siguió los pasos de Lou de manera sigilosa.

Mientras tanto, Lou con su corazón latiendo a mil por hora y con sus pupilas dilatadas, se contempló en el espejo cuadrangular colgado sobre la pared del baño.

<<¿Cómo es posible?, sobrepase mi tiempo límite pero, ¿por qué sigo intacto? ¿Qué ocurrió conmigo?>>, se cuestionaba internamente al mismo tiempo que miraba esa sustancia sólida cristalina en las comisuras de sus labios.

Para él era anormal; que todo su cuerpo incluyendo sus sentidos, estuvieran funcionando correctamente como si no hubiera sucedido nada.

Simplemente no encontraba una explicación lógica y coherente del por qué su forma humana estaba en perfectas condiciones a pesar de rebasar su tiempo. Claro, él también tenía en mente las consecuencias que serían fatales al revelar su verdadero ser enigmático.

Entonces, Lou radicará en la tierra como ser humano aunque sea un alienígena, de tal forma, que será un ser sumamente poderoso. Pero eso él mismo lo desconocía.

Él se miraba en el espejo pero ese dolor en su piel pálida, le hizo fruncir su ceño. Enseguida, se quito su sudadera gris y lo más extraño fue que eran las mismas marcas de su cuerpo que le provocaba que su piel ardiera y se intensificará de un dolor indescriptible.

Mientras que Lou se observaba minuciosamente su cuerpo fornido; alguien lo espiaba con la puerta entreabierta y ese alguien era Mey, que de inmediato se cubrió su boca y sus ojos verdes esmeralda se asombraron.

Se hizo a un lado discretamente y pegó su espalda contra la pared.

<<¡Aggg! ¿Qué rayos estoy haciendo...? Pero él...¿Por qué está actuando tan raro?>, se puso en cuchillas con su rostro ruborizado al presenciar el torso desnudo de Lou.

Inesperadamente, Lou salió del baño mientras que Mey se paralizó y clavo su cabeza entre sus rodillas por lo avergonzada que se sentía.

Instantáneamente, él se percató de la chica encogida cerca de la puerta.

- Mey... - susurró Lou con su voz ronca y penetrante.

Ella respingo y con su cabeza levemente levantada, respondió: - Hum... ¿S-Sí?

Lentamente se levantó con su mirada hacia el lado contrario. Sólo pudo morderse sus labios al tener cerca la magnética presencia de Lou.

- No volveré. Ya no podré regresar a mi planeta.

Mey: - ¡¿T-Tu pla-planeta?!. - inquirió impactada ante la revelación firme de Lou.

Era claro que él era un ser alienígena pero le pareció demasiado que él lo mencionara con una seguridad sorprendente. También eso significada que él se quedaría con ella por tiempo indefinido.

Lou avanzó a la sala de estar, ignorando a la chica. Él sólo fue claro que no se iría de este mundo.

Mey estaba atónita, muchos pensamientos la abrumaron así como la imaginación de proyectar su vida junto a Lou; inmediatamente toda su cara se puso como un tomate y se dio unos golpecitos en sus mejillas. Se aclaró la mente y se encaminó a la sala de estar, estaba decidida averiguar el motivo repentino del cual Lou tomará una decisión deliberada.

Lou con la misma expresión de siempre, veía con atención la televisión. Mey se acerco a él con el mismo temor de siempre al cuestionarlo.

Se sentó a un lado con una distancia pertinente de él y lo miro de perfil.

Todavía le parecía increíble que Lou estuviera a su lado y recordó que hace un rato había llorado por él.

Mey: - O-Oye, necesito saber por qué estabas en medio del bosque...umm pensé que te habías ido, sin embargo, ahora estás aquí de nuevo. ¿Sabes algo? Yo no logró comprender tu situación, cada vez eres más extraño. - mencionó con determinación y firmeza, no importaba si él respondía pero solo quería expulsar todo lo que pensaba.

La expresión de Lou no se inmutó para nada, así que ladeo su rostro hacia ella y rápidamente se acerco a ella. Parpadeo un par de veces como si estuviera procesando qué responder.

Mey se congeló al tener la cara de Lou tan cerca; vio ese rostro tan deslumbrante y el color de sus ojos violáceos que se reflejaban a través de la luz. Ella puedo notar que la cara de él había cambiado hasta la forma en que sus labios grandes y carnosos se movían.

- No puedo regresar y no sé cuando podré volver. Tú...¿Debería irme y buscar otro lugar? - dijo Lou al mismo tiempo que miraba a Mey con una intensidad.

Mey: - ¡...!

<<¡Santo cielo! Le pregunto una cosa y él me sale con otra. Lo peor de todo, cómo es posible que se exprese de manera tan inocente y adorable a la misma vez. Ah dios...¿Qué le debo contestar?>>