Batalla inminente: antagonismo en primer lugar (parte 3)

Isaac se exaltó a ver a su querida mujer en un estado deplorable. No la había visto vulnerable. Desde luego, especuló que algo había sucedido allí arriba.

- ¿Wen? ¿Qué te pasó?. - preguntó Isaac, preocupado por su amaba.

Walter y Mey solo se limitaron a observar. Wendy se dejó caer en los brazos de Isaac, sollozando débilmente y escondiendo su cara en el pecho de él.

- ¿Wen? ¿Qué pasa?. - volvió a preguntar Isaac.

No entendía que sucedía. Sólo podía sentir como ella temblaba en sus brazos.

<>, Walter seguía molesto pero más consigo mismo por haber abofeteado a su hermana. Nunca le pasó por la cabeza pegarle. Él simplemente se dejó consumir por su ira.

Wendy: - Y-Yo...yo solo intentaba hacer las paces con Walter...pero él me abofeteo. - dijo afligida al mismo tiempo que levantaba su rostro, dejando al descubierto su maquillaje corrido por sus lágrimas; llorando como una niña pequeña.

Sus manos se aferraron en la solapa del traje de Isaac y de inmediato él, vio la marca de la bofetada en la mejilla de su querida mujer. Se irritó al ver que su mujer estaba echa un mar de lágrimas.

Por otro lado, Walter sintió un punzón en su corazón al escuchar las palabras de su hermana y esas lágrimas de cocodrilo. No negó que ella intentaba hablar con él pero no de la manera más adecuada sino que en todo momento menosprecio a Mey. Además, no la escuchó decir un perdón o disculpa.

Él sonrió con desagrado. Hace unos instantes se sintió mal por abofetearla pero la realidad era que su hermana estaba cambiando la situación a su favor.

Mey también se dio cuenta de cómo Wendy lloraba, fingiendo dolor y cambiando los hechos a su beneficio.

Ese era el plan de Wendy; quedar bien delante de Isaac mostrando un lado deporable para echarle la culpa a Mey.

Mey se preguntó sí Isaac confiaba tanto en Wendy para creer ciegamente en las palabras hipócritas de Wendy. Eso era un egnima.

Mey como la mejor amiga de Isaac desde la escuela primaria. Lo conocía más que cualquier otro; en aquellos tiempo ambos eran confidentes de sus secretos, se daban consejo mutuamente y su amistad se fortalecía con el paso del tiempo. Sin embargo, sólo era el pasado.

Ahora mismo enfrentaba un presente nada agradable. Ella sabía que Isaac detestaba las mentiras. Entonces ella cayó en cuenta, sonriendo irónicamente... 'Él odia las mentiras pero se atrevió a engañarme, verme la cara como una tonta. Supongo que son tal para cual.', ese fue el pensamiento de Mey desde un principio.

Isaac fulmino a Walter.

- ¡¿Cómo te atreves?!. - gruño él, abrazando la espalda de Wendy.

Mey se contrajo al escuchar su tono de voz. Bueno, raramente lo había visto molesto. Pero esta vez, podía observar como sus ojos marrones se oscurecieron.

Wendy lloraba sin parar, pero por dentro, reía por darle a demostrar a Mey quien verdaderamente amaba Isaac desde un principio. Claro, era ella, Wendy...la única en el corazón de Isaac y que una vez por todas Mey cayera en cuenta que él ya no estaba en interesado en ella.

Eso le daba una enorme satisfacción a Wendy. Pero, en el corazón de Isaac, Mey todavía seguía allí, clavado en lo más profundo, y así seguiría.

Las dagas invisibles apuntaban a Walter, quien no se inmutó ante el cuestionamiento. Aquí estaba lo que esperaba. Que ese hombre que lastimó a Mey se revelará y así ponerle su merecido. La adrenalina que fluía en sangre era al máximo.

- Tú qué sabes. Sólo hice lo correcto para corregir su vocabulario y esa moral que se le fue por los suelos. Algo que tú no comprenderás. - mencionó Walter, con tono de sarcasmo; lo que provocó que Isaac apretara su mandíbula.

Mey no quería presenciar un enfrentamiento mayor y todo porque Wendy cambió la situación. No tuvo de otro que dar una bocanada de aire para hablar.

- Hermano, vamos. No olvides que la abuela no está bien. Aparte no vale la pena.

Enseguida Isaac no pudo decir nada ante las palabras de Mey. De alguna forma, fueron hirientes para él.

Él sólo puso desviar su mirada ante la despectiva que era Mey. Wendy seguía sollozando, desconsolada.

Para Mey sólo le parecía un drama. Pensaba en primer lugar en la salud de su abuela; no deseaba que su abuela Naty presenciará un escándalo.

Pero...ya era demasiadi tarde.

En el comedor, la anciana Naty seguía en espera de Mey, quien ya se había tomado un tiempo en llegar. Hace unos instantes, escuchó murmurar voces a los lejos. No tenía mala audición a pesar de su avanzada edad.

Tuvo el presentimiento que los hermanos tenían un enfrentamiento, como era de esperarse.

Sin más preámbulos, la anciana Naty se puso de pie con la ayuda de su bastón. Sin previo aviso y sigilosamente, Lou se acerco a ella y cómo si un mayordomo se tratará, él tomó la anciana con mucha gentileza y cuidado.

- Oh vaya, qué rápido muchacho. Llévame a la antesala. - indicó la anciana, rebozando una sonrisa de sentirse gustosa por lo atento que fue Lou. Aunque por dentro tenía la preocupación de saber que ocurria con sus nietos.

A pasos lentos y delicados se dirigieron a la antesala.

Allí mismo, la tensión estaba a flor de piel. Walter comprendió y se detuvo a armar un show. Pero tener frente a frente a Isaac, no podía ocultar su molestia que le causaba ver ese rostro.

Walter: - Tienes razón. No me voy a ensuciar las manos como una peste como esta. - desdeño, con ese ápice de provocación.

Por supuesto, Isaac como el hombre bizarro que se caracterizaba, no se quedaría atrás.

- Ajá. Ya veo, ¿Acaso el "hombre recatado" tiene miedo? - desafío Isaac, enfatizando una de sus palabras, sin despejar su vista de Walter. Dándole a conocer la tenacidad de su personalidad.

Y entonces...lo peor estaba por venir.

Inclusive Mey percibió las intenciones de ambos. Isaac dibujo una mueca, desafiando a Walter. Ella creyó que Walter como el hombre sensato que era siempre, lo ignoraría. Sin embargo, eso no sucedió.

Isaac rápidamente alejó a Wendy de su lado porque al darse cuenta que Walter se acercaba como una fiera; ni siquiera tuvo tiempo para reaccionar cuando Walter se lanzó contra él.

Un puñetazo cayó en el ojo izquierdo de Isaac y él de inmediato respondió con un gancho al hígado.

- ¡Oye! Walter e Isaac... Basta. ¡Ya paren!. - exclamó Mey, intentando hacer algo para detenerlos pero era inútil.

Ambos hombres enfurecidos se repartían golpes en la cara y abdomen. Mientras que Wendy sólo se alejó, observando la escena sin necesidad de interferir. Su mente sólo tenía una cosa: echarle la culpa a Mey por causar un alboroto entre ambos hombres. Solo esperaba ansiosa que su padre Franco llegará para ver la escena que ocasionó su hija Mey.

Mey no sabía qué hacer. Su puso nerviosa al ver cómo ambos se golpeaban y no daban tregua.

<<¿Qué hago...? Ellos van a terminar lastimado. ¿Qué debo hacer...?>>

Su mente se bloqueó. Era inútil que hablará si ambos no la escuchaban.

Enseguida a la escena llegó, la anciana Naty, observado la terrible disputa; como su nieto Walter y ese poco hombre, se golpeaban.

Los ojos de Lou presenciaron la fatal escena y atisbando como Mey estaba inmovil como una estatua con la mirada perdida.

Entonces...él decidió interferir.