Encontrar la respuesta correcta

La brisa fría del aire los golpeaba a ambos; Lou sólo observó como la pequeña mujer se abrazaba a si misma por el resoplido del aire al mismo tiempo que su pelo violeta se movía de un lado a otro.

El cielo estaba teñido de color naranja y azulado por la puesta del sol. La nubes se dispersaban por lo ancho de las montañas al horizonte. Lou admiró el cielo y verlo a esta distancia le pareció difícil de alcanzar.

Al siguiente segundo, Mey se giró y camino al frente, indicando que debían llegar a casa. Lou la siguió en silencio sin responder lo que había dicho hace un momento. La verdad es que Lou desconocía por qué ella dijo que "cometió un error."

Él prefirió mantenerse al margen. Todavía era difícil comprender el comportamiento de los seres humanos y como se relacionaban entre sí.

Ambos subieron por el empinado camino; llegaron a la casa y Mey buscó en su cartera las llaves. Quitó el seguro de la puerta y pasó por el umbral. Camino directamente a su habitación y Lou imitó sus pasos.

Ella al percatarse que él la seguía, tomó la perilla de la puerta y le avisó: - Quiero descansar.

Tan rápido dijo eso ella entró a su habitación y cerró la puerta.

Lou sólo frunció su ceño, quedándose sólo en medio del pasillo.

<<¿Descansar? Pero todavía no es de noche.>>, analizó él.

Sin especular más, hizo lo mismo y se adentró a su habitación.

De manera inmediata, se sacó la ropa; despojando cada prenda del traje color vino. Finalmente dio un respiro al no sentirme sofocado. Sería un problema acostumbrarse a ese tipos de atuendos.

Dejó caer cada prenda en el piso y sus zapatos tipos Oxford los dejo a un lado.

Quedó únicamente en ropa interior, es decir en esos ajustados bóxer color grisáceo. Su escultural y deslumbrante cuerpo quedó al aire libre. Esos grandes símbolos en su espalda y que llegaban hasta su abdomen, ahora se veían más marcadas y eso le daba un toque mucho más atractivo y sexy.

Cualquiera que se topará con este hombre en paños menores quedaría embobada e hipnotizada ante la magnífica creación de cuerpo de adonis que poseía Lou.

Él ya libre de esa ropa, se dirigió como de costumbre a la ventana, jalando las cortinas y observando el ocaso en el horizonte.

Dio unos pasos para irse a la cama; lentamente se recostó y extendió sus brazos a cada extremo. Cerró sus ojos de inmediato pero sin la intención de dormir.

'Dos días', se dijo mentalmente. Dos días que estaba en el Planeta Tierra luego de su ultimátum. Y estos dos días ya le han pasado un sinfín de cambios fisiológicos y cognitivos en su organismo. Él se refería que estos cambios era "inestables"

Él quería una respuesta a todo ese cambio que continuaba. Necesitaba saber sí el resultado de quedarse en la Tierra era bueno o malo. ¿Qué le sucedía a su organismo fusionado con el de un ser humano? ¿Qué consecuencias le traería el no regresar a su Planeta Marte?

Lou era el único que tenía cierta prórroga; ese ultimátum que lo diferenciaba de Rubí (A79) y Jeft (X87).

No pasaba por desapercibido que su corazón cada vez más iba sufriendo cambios. Como por ejemplo que latía y se aceleraba a un ritmo irregular cada vez que la chica humana le sucedia algo, ya sea llorar, reír o lamentarse.

Él podía deducir que se sentía cohibido rara veces con la chica humana. Similitud con lo que había sucedido en la mañana cuando despertó con esa enorme erección. Eso todavía lo tenía confundido. Él también sentía que dejaba de ser el alien que era por dentro; como si olvidará el hecho que era un ser del espacio exterior.

¿Por qué su cerebro le mandaba señales para hacer feliz a la humana si eso no era lo que tenía estipulado?

En todo caso, haría función de hacerla sentir bien cuando su identidad se viera involucrada. Sin embargo, la chica humana ya sabía una parte de su origen.

- Hermano... ¿Tendré que buscarte para tu ayuda?. - se preguntó a sí mismo.

Su opción para conseguir una respuesta era Jeft pero por ser un empírico no podría ser que no obtuviera tanta información esencial y precisa.

Pero su hermano que conocía por ser un gran hombre poderoso en la Tierra, quizás con él encontraría la respuesta correcta que necesitaba. Sin embargo, no era buena idea después de todo, ya que el hecho que se reencontrará con su hermano; verlo frente a frente sería echarse la soga al cuello.

Un error que se arrenpentiría y sería irreparable.

No olvidaba que su misión MS785 consistía en saber todo lo relacionado con su hermano y de esos planes oscuros que trabajaba para su misma especie alienígena.

Era una traición que no dejaba de lado y lo tenía más presente que nunca. Aunque no lo demostrará su odio contra su mismo hermano, por dentro fluía la rabia por querer detener esos planes que tenían un objetivo desconocido. Al mismo tiempo, que traicionada a los suyos con tal de tener el poder del universo.

Nadie creería el hecho que los seres humanos y seres alienígenas tenían una alianza secreta. Aliados ante una guerra que se desataría muy pronto.

Lou también quería saber el por qué su hermano se había atrevido a desafiar a sus mismos superiores.

Suspiró. Decidió quedarse en cama para seguir meditando de cuál sería su siguiente paso.

Mientras tanto...

En la habitación de Mey; ella se encontraba tumbada en la cama. Meditando por todo lo que aconteció el día de hoy. No imaginó que la situación se fuera a salir de control. Si tan solo no hubiera ido como ella se dijo hace rato, tal vez nada de la situación conflictiva se hubiera provocado.

Sin embargo, ese hubiera no existe.

Ahora ella era consciente de los grandes problemas que se avecinarían si decidía ir de nuevo a la Finca de la Rosa. Ya no podía arrepentirse de tomar una decisión precipitada.

<>, pensó ella.

Le preocupaba saber cómo se encontraba su hermano; no se atrevía a llamarlo porque lo más seguro que él seguía enfadado.

Se recostó de lado, sonriendo tímidamente por nuevamente recordar la escena de Lou en el jardín. Abrazo una almohada muy esponjosa contra su pecho.

Recordar la escena, le reconfortaba a pesar de tener un lado afligido. No podía negar lo emocionada y feliz de presenciar esos pétalos de rosas que levitaban alrededor de ella. Era magnífico lo que vio con sus propios ojos.

Se sentía cautivada al creer que el inmutable ser de Lou; ése que al principio se mostró como un monstruo por su duras palabras, le hubiera dejado ver una maravilla sorprendente así como esos poderes sobrenaturales que él poseía.

Era increíble que Lou mostrará un lado puro pero a la vez lleno de maldad.

Ella suspiró. Sus párpados se sintieron pesados. Había comido mucho durante la merienda, más que otras veces.

- Tomaré una breve siesta. - se dijo dando un bostezo. Se acurruco en la almohada. No faltaba mucho para anochecer. Supuso que una siesta le vendría bien para dejar de pensar en el terrible conflicto.

Lentamente cerró sus ojos con esa sutil sonrisa dibujada en sus labios.

...

Pasó el tiempo y la noche había llegado. Mey se retorcía por sentir más la corriente de aire frío que se filtraba en la ventana. Abrió lentamente sus ojos y los volvió a cerrar al mismo tiempo que suspiraba.

Perezosa abrió nuevamente sus ojos, creyendo que ya había dormido una breve siesta. Sin embargo, la atisbar la penumbra que la cubría, sus ojos se abrieron en par.

Soltó la almohada y rápidamente encendió la pequeña lámpara que tenía en la mesita de noche. Agarró su móvil y checo la hora que marcaba: 8:40 p.m.

- ¡¿Q-Qué?!. - exclamó al darse cuenta que durmió demasiado.

Suspiró frustrada, ya que ahora sería más difícil conciliar el sueño más tarde.

Así de perezosa se puso de pie. Se dio cuenta que tenía la misma ropa. Se dirigió a su armario y busco un cambio de ropa para irse a duchar.