Ojos misteriosos y siniestros

El Presidente Orson se encontraba totalmente paralizado por el poder de Jeff, preguntándose cómo era posible que este chico actuará súbitamente.

Era totalmente desconcertante para el gran magnate que cayera en las manos del chico frívolo.

Jeff algo exhausto, camino a dirección del Presidente Orson, desafiando una vez más al glacial hombre.

- Pfft...caíste. Ahora si me disculpas tengo que irme. Fue "un gusto" verte de nuevo. - dijo Jeff, haciendo un ademán de despedida.

Al mismo tiempo, Etna seguía adentro del sanitario. Las ganas de hacer pis desaparecieron.

Se mantenía dando vueltas por todo el baño, pensando en una idea para escapar. Claro, todavía tenía en mente el instante que Jeff le guiño el ojo de manera espontánea. '¿Qué significado tenía?', ella moría de angustia e incertidumbre.

Sus pasos se detuvieron en medio de la habitación.

- Aah... ¿Q-Qué hago? ~ musito ella en un hilo de voz. Sus nervios la carcomian. Lo único que podía pensar era en Jeff, que quizás él la ayudaría...

Pero para su última esperanza era una posibilidad nula.

Remi también se mantenía en su misma posición; los minutos pasaban y se preguntaba por qué la chica todavía no salía del sanitario.

Entonces llegó a su límite de tiempo.

- ¿Ya?. - inquirió él, tocando suavemente la puerta.

Enseguida Etna se despabilo por el llamado.

Remi tuvo la certeza que la chica se tomaba el tiempo a juego así que solo había que ponerse serio con ella.

- Sino sales ahora, entraré. - advirtió Remi con contundencia.

Etna no quería salir a enfrentar su terrible destino. Por nada del mundo saldría del sanitario. Así que se apresuró a ponerle seguro a la puerta. Algo le decía que no debía salir, aún.

Además, no deseaba mirar las caras de los hombres mafiosos. Creía que si daba un paso afuera, todo estaría acabado.

Ya no volvería a ver a su hermano Caleb, a Rubí a quien quería demasiado y por supuesto, el chico apuesto de Jeff.

Ese chico quien la entregó para saldar sus cuentas. Para ella todavía seguía siendo un golpe para su corazón.

Remi soltó un suspiro. Ya impaciente, no tuvo de otra que actuar, ya que la situación lo ameritaba.

Enseguida la perilla se giró bruscamente, provocando que Etna se alejará de inmediato de la puerta, buscando refugio en la tina y cerrando las cortinas. Ella esperaba por lo peor pero al menos quería ser optimista por un breve instante, diciendo en su mente: "algo bueno sucederá. Todo irá bien."

Bueno, ella se motivo a sí misma. Creyó que algo extraordinario e increíble sucedería justo como en las películas de ficción. Aparecía el héroe al rescate de la damisela en apuros... Lamentablemente esto era la realidad.

La perilla se giró con más fuerzas. Etna se agitó, colocándose en cuclillas y tapándose sus oídos por todo ese ruido estrepitoso.

*¡¡Zas!!*

La puerta se abrió de golpe. Etna se acurruco más en su mismo lugar. Su corazón latía descontroladamente por el pavor que la consumía.

Y al siguiente segundo las cortinas se abrieron.

Etna: - N-N-No por favor...no me hagas daño... - rogó al borde de las lágrimas. Sentía que la maldad la acechaba con inminencia.

Y de manera súbita una mano la tomó desprevenida. La agarraron de su muñeca, haciendo que ella cerrará los ojos por la fuerza brutal.

- ¡N-No! Déjame... - exclamó ella forcejeando para librarse de las garras del hombre.

Pero entonces una voz la llamó y dejó de forcejear por arte de magia.

- Niña levántate, vamos a salir de aquí.

Etna incrédula por la voz relajada, abrió sus ojos llorosos y levantó la mirada.

Etna: - ¡¿...?!

La sorpresa que se llevó fue a ver el chico apuesto delante de sus ojos. No le sorprendió el hecho de ver a Jeff sino lo que la sacó de órbita fue al atisbar el color de ojos de él.

Unos ojos totalmente diferentes de un color gris profundo y brillante; unos ojos misteriosos y siniestros.

<<¿E-Es Jeff...? ¿En verdad es él?>>, se preguntó Etna desconcertada por los ojos enigmáticos de él.

Enseguida él la levantó al darse cuenta que ella estaba totalmente absorta a su presencia. De alguna manera se incómodo.

<<¿Qué le pasa? ¿Tengo algo en la cara o qué?>>

Jeff dejó de divagar y la sacó de la tina; ella simplemente se dejó llevar. Él incluso la guió a la puerta y al pasar por el umbral, Etna se percató del hombre de lentes quien se encontraba inconsciente en el piso.

Previamente antes que Remi entrará a la fuerza al sanitario, Jeff lo inmovilizo súbitamente dejándolo totalmente inconsciente.

Ambos caminaron por otro pasillo y entraron en una habitación cualquiera.

- ¡Búsquenlo ya!

Una fuerte voz resonó por el largo pasillo, llegando a los oídos de Etna y Jeff.

Era claro que ya los buscaban.

Tan pronto entraron a la habitación lujoso y tétrica, Jeff movió un gran sofá contra la puerta para evitar que los hombres de negros entrarán.

Etna lo observó estupefacta...

¿Cómo él tenía una fuerza impresionante? ¿Cómo este chico de cuerpo esbelto poseía una fuerza bruta?

¡¿Quién era en realidad este chico apuesto?!

Ella seguía impactada. Era extraño el color de los ojos de Jeff. Ese color ámbar, dulce e hipnotizante para Etna ya no existía, sino ahora un color diferente.

¿Acaso el chico apuesto usaba pupilentes?

Etna se mantuvo quieta, escuchando que afuera los buscaban frenéticamente.

<<¡Aah esto es de locos! ¿Qué nos pasará? ¿Cómo vamos a salir de aquí...?>>

Ella roto sus ojos por la gran habitación, buscando una salida. Enseguida atisbo la enorme ventana corrediza, afortunadamente sin protecciones. Asi que ella pensó que era buena idea salir por la ventana.

Sin embargo, su expresión cambió. La altura para ella era un tabú. Pero no había otra salida.

Tenía en cuenta que se encontraban en la tercera planta, así que la altura era mayor.

- Je-Jeff... - ella lo llamó con sus labios temblorosos y su cuerpo rígido.

De inmediato, él quien ponía en marcha el siguiente paso para huir, la voz temblorosa de Etna lo perturbó.

Jeff la volteó a ver; ella todavía pasmada por el color de ojos de él, se quedó muda por un instante. Paso saliva y se obligó a hablar pero fue en vano. No podía procesar una sola palabra.

Jeff solo frunció su ceño por el comportamiento de ella.

Enseguida Etna optó por lo más fácil, le señaló a Jeff la ventana. Mostrándole una salida para huir.

Él movió sus pies a la ventana sin decir nada. Abrió la ventana, analizando la altura. Una altura aproximadamente de diez metros.

Bueno, para él no era nada saltar de esa altura. Pero el único problema era la chica humana.

¿Ella estaría dispuesta a tomar el riesgo de saltar?

Era una humana y como tal su cuerpo era frágil. Una lesión sería inminente para la chica. Pero desafortunadamente no contaban con otra salida extra.

Así que Jeff solo suspiró. El plan elaborado previamente cambiará radicalmente.

- Saltaremos niña. - entonces aviso él. Y Etna lo miró atónita.

¡¡¿Saltar?!!

Eso sin duda era una locura.