NO puedes ordenarme

Caleb rotaba sus ojos por doquier, intentando buscar el instante adecuado para hablar. La expresión de Mey lo había confundido, preguntándose que pasaba entre ella y Lou.

Mientras tanto, Lou permanecía en silencio e inexpresivo, enraizado en su mismo lugar.

Caleb se dijo que no podía perder más tiempo valioso, así que se concentró en las palabras que había dicho Lou y se dirigió a él.

- Ejem. No entiendo lo que dices. Realmente ella...no me importa. Lo único que me urge es encontrar a mi hermana. Si dices que Rubí fue capturada o lo que sea, pues tengo que moverme para seguir buscando y sin la necesidad de pensar en ella. - hizo saber él

Dio el último sorbo a su té, antes de irse.

Lou: -...

Enseguida Mey, despertó de su ensueño y volvió a Caleb para continuar hablando, ya que Lou no respondió nada.

- Este...tu hermana, ¿cuántos años tiene? Eh si se puede saber. - preguntó ella, mostrando preocupación y curiosidad por la situación.

- Tiene 15 años. - contestó él.

Mey: - Suspiro...solo es una niña. - musito para si misma. Y al mismo tiempo pensó:

'¿Cómo una niña puede andar por allí en una zona como ésta? Ya entiendo porque esta molesto y desesperado. Debería hacer algo para ayudarlo.'

Caleb no se hizo esperar y se puso de pie. Sin una pista exacta del paradero de Rubí; sin tener la mínima idea por qué Lou decía que fue capturada, él seguía decidido a encontrar a su hermana por su cuenta.

- Debo irme. No puedo perder más tiempo. Seguiré buscando a mi hermana. - aviso él, determinado a todo.

Mey entendía la angustia de Caleb, así que también quería colaborar a buscarla. Su espíritu de tenacidad reavivó sus ánimos ante a la adversidad.

Se puso de pie, respiro hondo y profundo.

- Bien, entonces yo te ayudaré a buscar a tu hermana. - anunció ella con la voz firme.

No quería preguntar el motivo de por qué Caleb no buscó ayuda de la policía. Pero ya que él era todo un guardabosques, confiaba en su experiencia y habilidades de búsqueda.

De inmediato la estatua viviente de Lou, reaccionó y se giro a Mey; se percató del aura brillante que ella emanaba y de su postura determinante.

- Mey, tú no puedes salir.

Tan pronto las palabras de Lou salieron, ella frunció su ceño.

¿Qué es lo que acabó de escuchar?

Caleb suspiro internamente. Atisbo qué la chica no estaba nada feliz por la orden del hombre inmutable.

Mey: - ¿Q-Q-Qué dices? ¿C-Cómo que no puedo salir?. - inclusive su voz era escéptica, no apartó ni un segundo la vista de Lou.

- No puedes salir de aquí. - reafirmó él con la voz firme y sumamente autoritaria.

Una orden que era sin derecho a réplica.

Era increíble lo que ella escuchaba. En serio el hombre enigmático le dio una orden contundente. Por otro lado, él no se inmutó. Claramente estaba firme ante sus palabras.

Por supuesto que la tensión aumento entre ellos.

Mey no estaba dispuesta a recatar tal orden. Desafiaria de nueva cuenta al ser alienígena.

Caleb: - Cof, yo me voy. No es necesa---

- ¡Espera! Dije que te ayudaría. - entonces exclamó ella, interrumpiendo a Caleb.

¿Cómo era posible que Lou se atreviera a darle una orden delante de alguien más?

¡Era una locura!

Caleb abrió sus ojos como platos ante la exaltada chica.

¿Por qué ella quería ayudarlo?

¿Tan rápido olvidó que él irrumpió en su hogar?

Aunque para Caleb fuera difícil de aceptar, se daba cuenta que la chica en verdad quería ayudar.

Lou captó la defensiva de Mey. No quería otra discusión entre ellos. Él tenía una razón contundente para no dejarla salir. Por nada del mundo dejaría que Mey pusiera un pie afuera.

- L-Lou no sé qué intentas, ¿por qué me ordenas algo así? Él necesita ayuda y yo estoy dispuesta a colaborar. - mencionó ella, con esa determinación y a la defensiva contra Lou.

Miró fijamente a Lou y agarró aire para decir lo siguiente: - TÚ...NO puedes ordenarme.

De inmediato Lou arrugó sus cejas pobladas, mirándola sin decir nada; procesando las firmes palabras de ella.

Caleb solo era un espectador; observando a un pequeño subordinado desafiar deliberadamente a su gran general.

¿Qué sucedería a continuación?, eso era una incógnita.

Por supuesto que Caleb no quería saber, tampoco provocar problemas entre ella y el hombre, y menos involucrarla en sus asuntos personales.

- No puedes. Allí afuera...te puede pasar algo. - dijo Lou, pero Mey solo quedó confundida.

- Mm. Es verdad. No necesitas ayudarme. Prefiero hacerlo por mi cuenta. - intervino Caleb.

Mey volvió a fruncir su ceño. Ahora los dos le decían que hacer. ¿Acaso porque era una mujer, no podía hacer nada?

¡No era una mujer débil y frágil!

Ya estaba cansada que siempre le ordenarán que hacer. Su lado rebelde sería revelado.

- ¿Por qué no puedo? ¿Por ser mujer? Solo quiero ayudar, no entiendo porque darme ordenes. - ella murmuró cabizbaja.

Caleb: - Suspiro... No me lo tomes a mal. No es necesario que vengas conmigo. La verdad que allí afuera no es seguro. Hay...peligro. - agregó Caleb.

Entonces Mey levantó la cabeza y lo miró escéptica. Ahora le decía que había peligro allí afuera.

¿Qué rayos estaba ocurriendo?

Desde luego que Mey no lo toleró y rechino sus dientes.

¿Qué peligro existía para que no saliera de su propia casa?

La estaban tratando como una niña.

Caleb se puso serio. Debía dejarle en claro porque había peligro afuera. Él estaba por revelar una noticia nada agradable.

- No sé si lo sabes, o viste las noticias pero hoy en la mañana, encontramos el cuerpo de un guardabosques.

Mey miró a Caleb, preguntándole con la mirada qué era lo que decía.

- Uff...se encontró un cuerpo en descomposición por esta zona, y el cuerpo era de...Noe.

Ella no creía lo que escuchó. Así que incrédula, preguntó: - ¿Q-Qué dijiste?

- El guardabosques Noe murió. Esta muerto. - específico Caleb con la misma seriedad cuando encontró el cuerpo de Noe.

<>, ella palidecio; su corazón acaba de recibir una fuerte impresión.

- N-N-No es verdad... - musito para si misma.

Se tambaleo, casi a punto de caer pero Lou se percató del estado débil de ella y sin pensarlo dos veces la tomó de su cintura. Con su ayuda, sentó a Mey en el sofá.

Caleb tenso su mandíbula. No pensó que la ella se pusiera tan mal por la noticia. Indagó que quizás ambos se conocían o eran amigos. No quiso ser insensible pero su corazón frío no se ablandaba ante nada.

- Me voy. Lamento la impertinencia. - aviso él y Lou sólo le lanzó una mirada fría por dejar a Mey en un estado lamentable.

Caleb no dijo nada y se marchó del hogar de Mey.

Mey estaba ida, diciéndose en su mente: "NO es verdad, él no puede estar muerto..."

Ni siquiera era el capaz de sentir que Lou casi la estaba abrazando; sus lágrimas de ella brotaron lentamente. Su amigo Noe, el amistoso y carismático, murió.

- Mey. - susurro Lou.

Algo dentro de él no soportaba ver como la chica humana se quebró ante sus ojos.

<<¿Por qué llora? ¿Qué le duele para que este

así? ¿Qué hizo ese humano?>>, se cuestionaba él, desesperado y ansioso porque Mey sollozaba.

- Noe...mi amigo, esta muerto. Lou, él murió... - dijo ella con lágrimas en los ojos, suspirando sin parar.

Lou entendió lo que dijo ella; mirar la expresión desgarradora de Mey, provocó que su corazón se oprimiera.

No lo toleró y al siguiente segundo, la abrazó.