Capitulo 92: La encarnación de la Usurpación

Cuando Petelgeuse dijo el nombre del joven vestido de Arzobispo, el mismo solo pudo poner una sonrisa que amenazaba con partir su cara a la mitad. El joven llamado Subaru miró fríamente a Petelgeuse, algo que el Arzobispo de la Pereza no pudo notar, mientras esto sucedía se pudo ver como el cielo se oscurecía en las afueras del palacio, el paisaje que se veía en las ventanas eran el de la Capital Real Lugunica.

-Siempre es un gusto volver a verte Soberbia, en especial porque creí que habías muerto peleando contra el Santo de la Espada- Dijo Petelgeuse sin darse cuenta de que hablaba con menos locura de la habitual, el Arzobispo de la Pereza sonrió con una sonrisa feliz. Sabiendo que el joven frente a el fue la causa del gran éxito que tuvo el Culto en sus distintas batallas y al escuchar la noticia de que había muerto le dio una sensación de lastima a Petelgeuse ya que una persona tan diligente como Soberbia había muerto sin recibir el amor de la Bruja. Pero verlo vivo significaba que de alguna manera había sobrevivido o incluso salido victorioso en esa pelea en la cual ni siquiera los otros Arzobispos pudieron sobrevivir.

Después de que Petelgeuse dijera eso, "Subaru" miró hacia las afueras del castillo desde el trono con una mirada de melancolía en sus ojos, el joven dejo de apoyarse con su puño y se levantó del trono, con un resoplido de resignación el joven de cabello negro camino hacía una de las ventanas para poder ver mejor el sombrío paisaje que descansaba en las afueras del palacio.

Subaru llegó hacía la ventana mas cercana solo para que el paisaje cambiara a otro, en ves de haber edificios medievales había rascacielos, también habían casas las cuales tenían patios y algún que otro auto o bicicleta, el color del cielo cambió de carmesí a un Plateado y las nubes cambiaron de un colo oxido a uno azul oscuro, el paisaje resultaba extrañamente anhelante para Subaru, el joven de cabello negro solo pudo mirar hacia las afueras ante de intentar extender una mano intentar tocar las extrañas nubes que se encontraban en el cielo dando una desesperante calma a Subaru.

El brazo del joven siguió su camino hacia lo que parecía un paraíso para el, algo que el había perdido hace mucho tiempo, algo que el esperaba algún día recuperar, algo que el sabia que por mas que intentara nunca podría volver a verlo. El brazo fue detenido por el mismo chico vestido de Arzobispo, antes de suspirar y voltear su cabeza hacia su invitado.

-Lo siento, Geuse. Estaba dejando volar mi imaginación de nuevo, espero no te haya causado ninguna molestia- Dijo el chico de cabello negro mientras se alejaba de la ventana para dirigirse a la dirección donde esta Petelgeuse, el joven parecía algo molesto y decepcionado. Sus ojos se encontraban totalmente muertos, si una persona normal los veía pensaría que ese joven había pasado muchas situaciones traumatizantes.

Petelgeuse observo como el chico de cabello negro se acercaba mas y mas a Petelgeuse, pero el hombre de cabello verde por alguna razón sentía que el Joven de cabello negro se alejaba mucho mas de lo que se acercaba, no era por temas de distancia, sino por sentimientos. Sabía que el joven tenía sus momentos, nadie sabia mucho sobre el, ademas del hecho de que era totalmente fiel a Pandora, y que a veces cuando se sentía mal, la bruja misma lo abrazaba contra su pecho para calmarlo, Petelgeuse siempre se pregunto si la líder del Culto tenía alguna especie de enamoramiento con su amigo.

-Para nada, no me molesta. Me preguntaba... ¿Donde esta el resto de los Arzobispos? ¿La líder? ¿La chica títere que tenias?- Pregunto Petelgeuse mientras su instinto gritaba peligro, aun así el hombre de cabello verde confiaba ciegamente en el, el tiempo que pasaron como equipo fue suficiente para que el Hombre de cabello verde llegara a pensar en Soberbia como la persona mas diligente de todas, no... Todo su ser era diligencia, había veces que incluso no dormía, se encargo de asesinar a los traidores, hacer todo ese trabajo era mucho para un simple humano como el. Pero eso fue lo que le ganó el respeto de Petelgeuse.

La reacción de Subaru a las palabras de Petelgeuse fue de total tristeza, el chico bajo su cabeza mientras se quedaba quieto, mirando al suelo como si fuera la cosa mas interesante del mundo... No como si fuera la única cosa que le importaba en el mundo, el joven vestido de Arzobispo se quedo ahí mientras empezaba a apretar sus puños de impotencia. Como si se hubiera dado cuenta de algo que ya sabia, el joven susurró unas palabras.

-Emerada... Louise ...Pandora... Priscilla-

Petelgeuse oyó eso y se sintió curioso por la forma en que su amigo dijo esos nombres, teniendo un toque de arrepentimiento en su tono de voz, el joven dejo de mirar al suelo y volvió su mirada a Petelgeuse, una penetrante mirada fue lo que llevo a Petelgeuse sentir que algo andaba mal... algo andaba muy mal, toda esta situación era extraña por no decir alucinante, toda la atmósfera era algo como si hubiera sido creado hace mucho tiempo era mas como un recuerdo que el presente, eso hizo que Petelgeuse sintiera por primera vez en mucho tiempo, una cuchilla pasar por su columna, un mortal escalofrío el cual pudo helar con miedo incluso el loco cerebro del hombre de cabello verde.

-...2649...-

Dijo el joven de cabello negro mientras se paraba frente a Petelgeuse, el hombre de cabello verde sintió miedo al escuchar esa serie de números, ahora mismo sentía que algo lo estaba arrastrando al suelo, algo lo estaba hundiendo sin ni siquiera estar hundiéndose, era mas como si la gravedad lo estuviera atando al lugar, Subaru sonrió al ver como el hombre de cabello verde se desesperaba en el intento de escapar de la prisión de gravedad que el había creado, su sonrisa mostraba que estaba disfrutando de los intentos fallidos del mismo Petelgeuse al intentar salir de su Autoridad de la Melancolía, su fuerza de la gravedad no era como el del arrogante Hector, era mucho mas poderosa, mostrando que pudo mantener al Dragón Volcanica y a Reid Astrea, junto con Reinhard en el mismo lugar por días hasta que la resistencia de Subaru se había acabado.

-Ese es el numero de veces que intente salvarlas, el numero de veces que fallé, el numero de veces que las vi morir...-

-¡Detente! ¡Aun no recibo su amor...!-

- Y el numero de veces que regrese de la muerte- Cuando Subaru dijo eso, el lugar se vio infestado por sombras, cuando una serie de manos agarraron a Petelgeuse manteniendo inmóvil al Arzobispo de la Pereza.

-¡Después de todo lo que hice por ti! ¿¡Me desecharas como si nada?! ¡Bruja-sama! ¡¿Por que?!- Gritó Petelgeuse desesperado en un intento de detener a Satella de echarlo del lugar, el Arzobispo de la Pereza se estaba debilitando cada vez mas, así que lo ultimo que pudo escuchar fue a Soberbia decir.

-Este es el castigo por intentar robar a la encarnación de la Usurpación, Geuse-

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A/N: Vaya, nuevo capitulo. El cual me emociono un poco ya que, quise unir las diferentes rutas con esta, y que mejor forma de hacerlo que así, me gustaría preguntarles si les gusto este desarrollo, espero disfruten el capitulo y que se estén cuidando en sus casas.

Se despide.

-KOTOMINE