Capitulo XIV-2

Era lunes en la mañana.

Algo me impulso a ir al restaurante donde trabaja.

Se encontraba hablando con las dos mujeres que siempre lo acompañan.

Pero hablan en otro idioma, el cual nunca había escuchado.

La chica demonio y el señor cocinero se dirigen a sus puestos de trabajo, mientras la otra mujer se va al gremio.

- Como sea Augusto, no puedes decirme que el abate no fue quien lo ilumino- dice el goblin.

- Claro que lo sé, ese solo es el inicio de una gran obra- responde Augusto.

Entro al restaurante y la chica demonio me saluda como siempre lo hace.

- Buenos días señorita cliente ¿desea ver el menú?

- Gracias- le digo -pero quiero la recomendación del chef.

- Hoy mi hermano no cocina- responde rápidamente con una sonrisa.

- ¿Enserio? Le pregunto ¿entonces no pasa nada si me lo llevo?

- Me temo que no puedes, hoy trabajamos todo el día- responde aun con una falsa sonrisa.

Augusto sale de la cocina, estaba charlando con su jefe.

- Me agrada la idea Augusto, esta noche luego de entrenar la vamos a probar- responde el orco.

- Ya se lo dije jefe, a la gente le va a encantar- dice Augusto alegre.

Paso por el lado de la chica demonio.

Lo agarro de su mano - ven conmigo- e intento llevármelo, pero se resiste.

- Hola Señorita de las flores, no puedo irme, estoy en mi trabajo -responde calmadamente.

Suelto su mano.

- Augusto me gustaría que te tomaras el día para perfeccionar lo que vamos a hacer esta noche, así que ¿Por qué no vas al mercado y compras lo que necesitas? - apunta su jefe.

- De acuerdo jefe, no voy a decepcionarlo- responde haciéndole un saludo militar, su jefe le da una palmada en la espalda que casi lo manda contra el suelo. Pero en lugar de golpearse contra el suelo, cae derecho a mis pechos, aunque me agrade que caiga precisamente en dicho lugar, le doy una cachetada.

- No seas atrevido señor cocinero- luego miro al dueño del restaurante -y usted señor dueño del restaurante debe ser más cuidadoso.

Ambos se disculpan.

Sobándose la cara luego de la cachetada el señor cocinero sigue tan sonriente como siempre, se despide de sus compañeros y sale al mercado.

- ¿Puedo acompañarte? Le pregunto.

- Si, porque no. De una vez puedes aprender a diferenciar los buenos alimentos de los malos- responde.

Cuando ambos salen Alpha le pregunta algo a su jefe.

- ¿Le parece bien lo que hizo jefe? Pregunta Alpha mientras termina de barrer.

El orco se cruza de brazos - sabes cómo se encuentra Augusto, esa chica lo anima.

- Si lo se jefe, me guste o no, lo sé. Pero no confió en ella, siempre me da mala espina- responde Alpha.

- Pero, cuando esa chica aparece, hace que mi pequeña Bast se pellizque en lo que quiere- responde el jefe.

Mientras tanto en la plaza.

Quiero tomarlo de la mano.

Pienso como una niña tonta.

El pensar cosas innecesarias me irrita.

Mientras tanto el señor cocinero toma algunas frutas y verduras.

- Debes mirar el color de estas, ya que dependiendo de su color y contextura así mismo será su sabor- explica animado.

- ¿Qué planeas hacer con tu jefe en la noche? Le pregunto intentando cambiar el tema.

- Es un secreto- responde.

- ¿Y no puedes contármelo? Le pregunto mientras me le acerco, debido a que es más alto debo pararme de puntitas.

- No- responde decidido.

No parece apenarse ahora, al parecer solo lo hace en casos especiales. O eso parece, ya que está sudando mientras intenta sostener la mirada, debo reconocer que no es un pervertido, en ningún momento ha intentado mirarme los pechos u otra cosa. De hecho, soy yo quien lo calienta.

En la plaza todos lo conocen, saluda a todo el mundo como si fueran amigos, charla y se ríe con los vendedores o también con los demás compradores.

Me hace pensar en su problema claro de autoestima y me pregunto ¿Cómo alguien así puede despreciarse así mismo?

Una de las transeúntes me pregunta si el señor cocinero es mi novio a lo que respondo.

- Aun no- respondo burlándome de la mujer.

- Serian una hermosa pareja- exclama la mujer.

Es gracioso escuchar tal cosa. Yo ni siquiera lo quiero, solo quiero destrozarle el corazón.