Miro a la persona con la cual me debo disculpar, entonces me quedo paralizado.
Enrs también gira a mirar junto a Vish. El elfo suspira mientras se cruza de brazos.
Victoria se acomoda la moña mientras observa a la persona.
-
Tera no comentan nada, pero está casi segura de lo que va a pasar.
Instintivamente Bast voltea a ver y encuentra a la única persona que no quería ver.
Dejo el miedo y voy directo a disculparme con la persona a quien se le había caído la canasta, un frasco se había roto, al igual que un paquete de galletas.
- Lo..lo.lo siento, fu..fue mi error- respondo mientras la ayudo.
Ella no parece muy contenta. De hecho, está muy molesta, se detiene y levanta el frasco de vidrio roto.
Hace algunos días hice por diversión mermelada, entonces le regale un poco a Vish en la noche, a ella le encanto entonces me propuso que hiciera un plato en el cual se le aplicara la mermelada, y así lo hice de un momento a otro la gente preguntaba sobre el nuevo producto. Escuchando lo que me dijo Victoria, quizá la patente antes que la medicina. Además, a la señorita de las flores fue la segunda persona a la cual le regale una muestra la cual había guardado con recelo y acabo de rompérsela.
- ¡Me debes un frasco de eso que llamas mermelada, es más tienes que quedarte en mi casa el martes! -Dice ella inflando las mejillas demostrando su molestia.
- Discúlpame por eso, no pensé que el balón rebotara- respondo.
Ella enarca las cejas -ayúdame a levantarme- dice extendiéndome la mano.
La ayudo, pero su expresión de molestia sigue viva.
El día de hoy llevaba un vestido rojizo el cual le llegaba hasta las rodillas, cubría su cabeza con un sombrero de ala corta ligeramente curvado.
Me esperaba otro regaño, pero en lugar de eso.
- Quería que compartiéramos un rato los dos- exclama ella mientras me guiñe el ojo- como sea, cierra los ojos y no te muevas, ahora te voy a dar tu castigo.
Cierro los ojos esperando una cachetada, pero.
Siento que me untan algo pegajoso en la cara.
- No te muevas.
- ¿Pero qué está haciéndole? -Dice Bast molesta.
- ¿Vas a ir? - Pregunta Tera mientras se recuesta en el regazo de Alpha.
- ¡Clarooo, acaso no te preocupa!
- Mas o menos.
Bast se va derecho donde Augusto.
- Creo que con eso aprenderás- dice en tono burlón Liara.
Me toco la cara, un olor dulce empieza a emanar.
- ¿Me untaste la mermelada? -Pregunto.
La señorita de las flores se lame su dedo.
- Si.
Me quito un poco de la mermelada de la cara con un dedo y lo lamo - ¡qué buena me quedo!
La señorita de las flores toma mi dedo y se lo mete en la boca.
- Que dulce, me dieron ganas de más- exclama ella mientras lame mi dedo.
- D.duuudd.uud. - me quedo paralizado y no puedo decir nada.
- Carajo esa mujer vino con todo- dice Alpha y mira a Tera- ¡además está antojando!
Bast ve eso y lo toma como un desafío directo a ella.
Para contrarrestar el ataque de la otra hace lo siguiente.
Mientras sigo paralizado por lo que me acaba de pasar, siento algo suave contra mi espalda, luego me rodean un par de brazos, separándome de la señorita de las flores para terminar ella me susurra al oído – vamos Augusto sigamos con el juego.
Bast refriega sus esponjosos pechos contra mi espalda.
- S..ssii.ssi.
- ¿Por qué no le das una probada al señor cocinero? El esta delicioso, me dieron ganas de comérmelo ahora- interviene la señorita de las flores mientras me jala el dedo y sigue lamiéndolo.
- Qqq..q…qu…que…. hhaa..c.haa..cer..qu.ee.e..?
- Sigo con lo mío- responde con descaro.
Ya de por si no podía moverme, pero ahora se iba a colocar muy ric.. digo difícil.
Siento la lengua de Bast pasar por mi mejilla.
- Que delicioso estas- me susurra Bast con cierto tono mientras me aprieta con fuerza.
- Creo que voy a detener a Bast- exclama Tera, pero Alpha no la deja.
- Espera, esas dos están antojando al amo, ¿sabes lo que significa?
- ¡Como se te ocurre decirme que no la deten! ¡oohhoo! Ya entiendo, creo que en la noche vamos a aprovechar.
Bast no estaba allí para perder, así que estaba dándolo todo.
Los dos pactos se frotan las manos con malicia. Mientras piensan (hoy el amo no se salva)
Los amigos de Augusto reúnen a los niños y empiezan a taparles los ojos ya que la escena estaba pasando a otro nivel.
Una niña alcanza a decir algo.
- ¡Mami, mami, las dos señoritas se están comiendo al señor que trabaja con el jefe Garts! Señala la niña sin saber qué pasa.
La madre sale asustada al escuchar a su hija, pero el "comiendo" que usaba la niña inocentemente era otro.
Su madre se queda paralizada mientras suelta sin querer lo siguiente.
- Desearía ser una de esas dos. La madre de la niña aprieta con fuerza sus muslos, mientras se muerde los labios.
La niña queda confundida. Entonces llama a su padre.
- ¡Papá, papá, algo le paso a mami!
Su padre sale molesto.
- ¡Otra vez mirando al humano ese, ya vera le voy a enseñar a! Comenta molesto, luego mira donde esta Augusto y pasa saliva "santo cielo desearía ser ese humano en este momento"
El hombre toma a su esposa, luego le dice a su hija que se vaya a casa de su tía, ya que él y su esposa estarían ocupados durante media hora, así el hombre carga a su esposa y se va rápido a su casa. La niña obedece, pero queda confundida por lo que sucede.
Para colmo Bast lo dice en voz alta.
- Creo que estas delicioso Augusto, me gustaría probar un poco más en la noche…- Bast me muerde una oreja, lo que me hace pasar saliva. Las piernas empiezan a ceder.
- Nn.b.b.n.n..nn.o..n.
- Que atrevida- dice la señorita de las flores entre risitas – pero creo que seré yo quien se lo coma, ella me jala con fuerza e intenta subirme la camisa.
Por suerte.
- ¡Señoritas, pueden dejar a mi amigo en paz, creo que no va a poder aguantar más! - señala Enrs al verme totalmente paralizado y con los ojos cerrados.
- Si además no creo que los transeúntes aguanten también mucho- señala Vish.
Casi todos los vecinos estaban boquiabiertos.
- Que lastima, pero me quedare un rato viendo como juegas- responde ella aprovecha para darme un beso en la mejilla.
- Ppp..ppor
- Un beso para la suerte, quiero ver como juegas quizá después te diga que me enseñas como "tirar" con la pelota – comenta ella mientras suelta una picara sonrisa.
Paso saliva, en este punto no creo que aguante mucho.
Pero…
Pero…
Al ver eso Bast la pulla con lo siguiente.
- Se dice lanzar la pelota, "no tirar" la pelota.
- ¿Qué raro? Siempre creí que se usaban esas palabras, sabes señorita del gremio tengo muchas ganas de "tirar" con el señor cocinero.
Bast finge una sonrisa – sabes, yo también - vuelve a responder Bast, ella me abraza con fuerza, como si no quisiera soltarme nunca.
- Estamos hablando de lanzar la pelota ¿cierto? - Pregunto confundido.
Liara me guiñe el ojo y se va a las gradas.
Bast me lleva devuelta a la cancha.
- Sigamos jugando Augusto- dice ella con cierta molestia.
- Claro.