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Era de mañana.
- Tera, tera ¡despierta! - Alpha empuja a Tera.
- Que quieres mocosa- responde Tera soñolienta.
Su amo aún estaba durmiendo.
De hecho, eso es raro, ya que comúnmente es el primero que se despierta.
Alpha saca a Tera con sumo cuidado para no despertar a su amo.
Cuando las dos están en la sala le cuenta.
- ¡El amo creo una cosa muy rara ayer! Explica ella asustada.
- Dime como era esa cosa- le dice Tera.
Alpha le describe la cosa.
Tera bosteza y se cruza de brazos.
- Creo una aberración.
- ¿Una qué?
- Una aberración mocosa, algo que no debe existir ¿acaso crees que algo así es real? ¿una cosa que se alimenta de mana? Esa cosa que dices que hizo es mortal, si se libera prácticamente puede acabar con todo.
- Cielos, quería que el amo fuera malo, pero no a ese extremo, no quiero que pierda su humanidad.
- Sobre su humanidad, la ira perdiendo de a poco, eso lo debes tenerlo claro. Empecemos que ningún humano debe vivir más de 100 años.
- Pero…
- Lo único que podemos hacer es no dejar que pierda su cordura, por eso necesitamos un tercer pacto.
- ¡Heeee un tercero! - dice Alpha con cierta incredulidad.
- Si mocosa, su estabilidad depende de nosotras, un tercer pacto vendría bien.
- Buenooooooooooooooooooooooo….
- Solo dime una cosa mocosa.
- ¿Qué?
- ¿Cuándo lo hizo algo cambio?
- Si el color de sus ojos e hizo una mueca de malvado, parecía que estuviera disfrutándolo.
- Ya veo… - piensa Tera mientras se sienta en el mueble principal- ¿Qué otra cosa?
- Le sangraron los ojos, pero no pareció no importarle, de hecho, iba a continuar.
- Entiendo- Tera mira a Alpha- ¿Qué sentiste tu?
- Miedo.
- ¿Un demonio con miedo?
- Si… lo que estaba haciendo el amo no era normal.
Las dos dejaron el tema. Ya que querían preguntarle a su amo.
Cuando desperté tenia a Alpha encima de mí, me coloca el trasero en la cara.
- Lo siento amo, pero no voy a perder esta oportunidad.
Se estaba sobando las manos mientras se dirigía a mi pantalón. Chasqueo los dedos y la devuelvo a su forma básica.
- Ya te he dicho que no hagas eso Alpha- la levanto y ella me lame la cara, cuando se encuentra en esa forma no le digo nada ya que es como tener un cachorrito sumamente tierno.
Tera se asoma, ella llevaba un delantal. Si solo llevaba un delantal…
- Maestro el desayuno está listo.
- Tera.
- Si maestro.
- Colócate algo de ropa.
- No.
Cielos santos estas dos.
Dejando eso de lado y que por fin Tera se colocó por lo menos ropa interior. Sobre Alpha… solo llevaba una camiseta mía encima.
Estábamos los tres en la mesa.
Ellas me preguntan sobre ayer en la noche.
- Maestro la mocosa me conto sobre lo que hizo, ¿Por qué creo eso?
- Quería probar algo- respondo- me pareció curioso intentar hacer algo, entonces pensé en crear un parasito de mana.
- ¡Un qué! - Tera se levanta de la mesa.
No entiendo su reacción, solo intente crear algo y me salió bien.
- Solo use mi habilidad.
- ¿Puede hacerlo nuevamente? - pregunta Tera con cierta preocupación.
- ¡Claro!
Estiro las manos y muevo los dedos, entonces me concentro.
- Alpha trae el frasco de ayer, está en el cajón de la mesa de noche.
Comienzo el proceso de creación.
Entonces Tera detiene a su maestro.
Le cubre las manos con enredaderas no dejándolo terminar el hechizo.
Sudor frio recorre la frente de Tera. No solo por alzarle la mano a su maestro, sino por lo que estaba presenciando.
Alpha esta allí paralizada.
No planeaba atacar a Tera por lo que hizo, ya que prima la seguridad de su amo por sobre todo y lo que él estaba haciendo era peligroso.
- Maestro por favor pare- exclama asustada Tera- cuando la niña me dijo sobre esto no le podía creer, pero ahora que lo veo con mis propios ojos.
- ¿Por qué debería parar? Comenta Augusto- sus habituales ojos dorados ahora eran plateados- solo estoy creando vida.
- Es por eso por lo que debería parar, eso es hechicería prohibida.
- Patrañas- responde Augusto molesto, el mismo deshace las enredaderas ¿Cómo? ¿ni el mismo lo sabe? - seguiré creándolo y si me intentan detener las revierto.
Su maestro seguía con lo suyo. Pero no parecía el de siempre, su modo de actuar era distinto. La diosa no comprendía porque sus ojos ahora eran de color plateado, hasta que recordó algo que había olvidado.
Hechizos prohibidos.
Su maestro está entregando algo a cambio de poder realizar esas cosas, pero ¿qué es? ¿quizá su cordura? O ¿algo más?
Antes de que pueda continuar Tera hace lo siguiente.
Se quita el brasier.
Al momento Augusto vuelve a la realidad.
- ¡Ya te he dicho que no hagas eso Tera! - le digo a ella.
Alpha mira a su compañera.
- Que buena idea tuviste- felicita a su superior.
Siento algo caliente salir de mi nariz, al revisar noto que es mi sangre.
- Cielos, no esperaba esto.
Alpha se me abraza y empieza a llorar.
- Amo no vuelva a hacer eso- dice entre sollozos.
- ¿Qué te sucede? Le pregunto.
- Normalmente no digo groserías, pero ¡que mierda es lo que intenta hacer! ¡acaso no sabe que estaba haciendo unos putos hechizos prohibidos!
Me rasco la cabeza.
- Mas o menos, solo quería probar- respondo despreocupado.
- ¿Y que dio a cambio para poder hacer eso? Pregunta Tera.
- Unos años de vida, después de todo ustedes dijeron que viviría mucho así que no me preocupa gastar algunos cuantos para eso.
- Entiendo- responde Tera, entonces se levanta y me da una cachetada, luego empieza a llorar.
¿Hoy es el día de ponernos sentimentales?
- Por favor maestro no vuelva a hacer esos hechizos prohibidos, es por su bien. No solo está entregando algo de su vida, sino su humanidad.
Lo pienso un momento.
- Bueno.
Ayer me dedique a leer un libro oculto en la biblioteca de Tera, algo que estaba sellado. Se supone que era imposible de abrir. Pero algo me empujo a este, algo me llamaba, cuando lo tome el sello se rompió y me permitió conocer a "eso"
Me vi envuelto en la oscuridad total. No veía, escuchaba o hablaba, pero…
- ¿Qué buscas? Pregunta algo en mi mente.
- ...
No puedo hacer nada.
- ¿Qué quieres?
- ...
- ¿Poder? ¿Dinero?
- …..
- ¿Qué es lo que realmente quieres?
Hasta que.
- Quiero proteger a mi familia- respondo firme- no busco nada más.
- ¿No quieres riqueza o poder? ¿conocimiento, vida eterna?
- No ¿para qué quiero eso? Respondo.
- Curioso….
- ¿Por qué? ¿fuiste tu quien me llamo? Digo.
- Los humanos son extraños…. He visto miles y todos quieren poder, dinero, fama, fortunas, vida eterna o conocimiento. Pero todos terminan igual, el egoísmo y envidia los carcome. Siempre quieren más y más.
- Bueno. Yo solo quiero algo que me ayude a proteger a lo que más amo.
- ¿Amor? Es la primera vez que alguien me pide algo tan ridículo.
- Bueno para mí no lo es, veras.
Era la primera vez que un ser racional se paraba a hablar con "eso" normalmente pedían algo, lo recibían y "eso" tomaba algo de ellos. Este humano solo seguía hablando y hablando mientras "eso" escuchaba. Decía tantas cosas o definiciones del amor que se salía del tema. Parece no callarse. ¿Tiene miedo? Quizá sea la forma de ese humano de lidiar con el miedo o lo desconocido.
- ¿Estoy en otro lugar o estoy en mi cuarto parado como un tonto? Pregunto.
- Están en todo.
- Ya veo… no entiendo, pero imagino que no estoy en mi casa.
- …. Te daré lo que buscas, pero a cambio me llevare 1/5 de tu vida.
- ¿20 años?
- 100 años.
- ¡Haa! ¡Entonces si era verdad lo que me dijo Tera!
- ¿No tienes miedo?
- ¡Claro que tengo miedo! No sé si estoy hablando con un demonio interdimensional que planea engañarme. ¿Eso pasa cierto?
- Eres consciente de que solo los hechiceros pueden seguir el hilo de la vida o el mismísimo ¿éter? Y no, no soy un demonio, yo soy todo.
- Bueno Tera me ha dicho algo de eso, pero solo se hacer crecer una planta o robar éter con mis manos cuando toco a alguien. De resto no puedo hacer absolutamente nada ¿las líneas del éter son esas mismas que parecen una aurora?
- La ignorancia es una bendición, eso dicen ustedes los humanos.
- Jajaja si eso es cierto. Voy a paso lento con mis estudios, es imposible ser el mejor en seis meses, es ridículo.
- Entonces ¿quieres mejorar de golpe?
- No necesariamente, veras lo que quiero es.
El humano le comenta a "eso" lo que quiere. Lo que quería era algo que nadie le había pedido. Era algo bueno y malo al mismo tiempo, pero los 100 años no bastarían para el trato, debía entregar algo más.