- Gracias por invitarme a tu lugar secreto Bast.
- No es nada, solo quería que me conocieras un poco más- responde ella.
Mientras Augusto disfrutaba el ambiente, Bast se atreve a preguntarle algo:
- ¿Puedes contarme sobre ti? - me pregunta Bast mientras intenta cubrirse. Siendo sincero creo que es difícil ya que su vestido es demasiado corto y bueno….
- ¿Qué te gustaría saber?
- Lo que tú quieras contarme, normalmente eres muy reservado.
Si eso es cierto, pero por alguna razón hoy me siento relajado.
- Ya debes saber que por el color de mis ojos y piel no soy imperial, de Liare o de las Tres Repúblicas. Prácticamente mi país está demasiado lejos para ser cierto. No es el más rico o el más pobre, pero si el más hermoso, tengo un hermano mayor quien viajo y se casó con una excelente mujer yo seguí sus pasos y viajé también al exterior gracias a mi esfuerzo académico pude estudiar en una buena universidad de otro país extranjero. Créeme que no me fue fácil aprender inglés, alemán y francés-Bast no parece entender eso de los 3 idiomas, continuo con mi historia- pero los aprendí, cuando llegué a Londres tenía 19 años y un título universitario.
- Espera, espera, ¿Cuál es tu edad real? Me dice Bast confundida, ya de por si no entendía un bledo, pero ahora era peor.
¿Como le explico eso a ella? En la tierra debería tener 28, en este mundo 40 y tantos, pero ahora parezco de 22. Ceo que lo mejor es usar mi edad real de la tierra.
- ¿Qué edad crees que tengo? Le pregunto sonriendo.
Ella piensa un momento.
- ¿24? Pareces de mi misma edad.
Niego con la cabeza.
- La verdad es algo difícil de explicar y si te lo dijera no me creerías.
- ¿Por qué me dices que es difícil de explicar?
Me coloco una mano en la barbilla.
- Porque también tengo 40 y al mismo tiempo 28, pero también 22- cuando el digo eso ella piensa que es una broma, tomo 3 rocas- puedes elegir una de esas 3, la primera es 28, la segunda es 40 y la tercera es 22, pero las tres son reales.
- Entonces elijo la que creo que es la real, 28 años- exclama ella tomando la roca- por favor sigue contándome tu historia, en verdad quiero conocerte.
- Lo que te voy a decir solo lo sabe mis mejores amigos- Bast se me acerca un poco mientras presta atención- son dos historias las que te voy a contar, depende de ti creer cual es real.
- De acuerdo- Bast asiente atenta.
- Aquí va la primera. Hace algún tiempo habia un humano que solo se dedicaba a estudiar, nunca noto lo que sucediera a su alrededor hasta que un día conoció a la mujer más hermosa que sus ojos pudieran a ver visto, al principio ninguno de los dos se llevó bien. Hasta que una vez ella dio el primer paso, luego de eso se casaron y la pareja esperaba un hijo- digo eso con toda la felicidad del mundo, no hay mentira alguna en lo que digo ya que es imposible negarlo. Pero se ve un destello de tristeza en los ojos de Bast al saber el profundo amor que guarda Augusto por su difunta esposa (cosa que ella no sabía aun).
Bast recordó lo que le dijo la pequeña Antonia "mami está en el cielo"
- Ella esta…
- Muerta- respondo.
La joven semihumana no se atreve a preguntar.
- La asesinaron frente a mis ojos- respondo con tristeza- no puede hacer nada. De hecho, creo que también morí ese día- señalo mi corazón- es lo peor que he sentido. Dolor y más dolor, luego de perderla conocí el sufrimiento por 4 años, no me volví loco de milagro, en mi corazón siempre llevo el recuerdo de mi esposa, es algo que jamás voy a olvidar, porque cuando pierdes a la persona que más amas en el mundo todo se vuelve oscuro y nada te importa, así pensé durante esa estancia de sufrimiento continuo. Porque cuando te torturan durante tantos años no puedes pensar en nada, solo en morir.
La joven semihumana veía el dolor y tristeza reflejado en los ojos de Augusto, esa misma mirada que siempre tenía desde que lo conoció. No había cambiado nada… no… eso era mentira porque lo había visto ser feliz aquella vez con sus hijas…. Y no solo con ellas, también con ella….. porque precisamente tenía que ser ella….. por más que le doliera la verdad era imposible de negar.
- Es algo que no he superado, pero ellas me salvaron de caer en la total oscuridad.
- ¿Quiénes?
- Mis hijas, ellas son mi salvación. Lo que más amo en este mundo… la única razón por la que me esfuerzo y ahora ellas no están conmigo, su tía las tiene porque no pude protegerlas- lagrimas salen de mis ojos- siempre es lo mismo no puedo proteger a nadie que me importe, si no fuera por Tera y Alpha mis amigos yo…
- Augusto yo…- Bast prefiere no decir nada, no puede decir que siente lastima o algo parecido, ya que sonaría patético.
Era cierto.
La propia Bast lo había notado, era tan obvio que Augusto no podía estar solo siempre lo acompañaba o su amigo elfo, la joven bruja o sus hermanas, nunca lo abandonarían.
- Ahora te voy a la segunda historia, me gustaría que prestaras atención, esta me la conto mi hija mayor Maki. Hace cierto tiempo un hombre, adoptado por una familia de renombre en la cual sentía que no encajaba, en sus días de la academia no hacía mucho, solo se dedicaba a mejorar sus habilidades, hasta que termino la academia y decidió dejar a su familia adoptiva, el joven se unió a un gremio junto a su mejor amigo en una de esas aventuras conoció a una bruja que viajaba por el mundo, el hombre era extremadamente confiando en sus habilidades y la bruja igual, cuando se conocieron no se llevaron muy bien ya que continuamente chocaban, pero los dos pasaron muchas cosas junto a sus amigos. Al pasar el tiempo se enamoraron luego decidieron casarse y formar una familia. El matrimonio tuvo 3 hijas, la primera poco recuerda a su padre, la segunda no lo recuerda y la tercera jamás lo vio, su padre decidió viajar por el mundo en busca de una medicina para su esposa, mi hija me dice que su padre aun siendo el mejor hechicero que pudo existir después del primer emperador no encontró la cura para el mal que aqueja a su esposa.
- ¿Qué paso con el padre?
- No se sabe. Desapareció hace ocho años y algo, dejando a su esposa enferma y a sus tres hijas.
¿Por qué le cuenta una historia tan extraña? Se pregunta Bast parece que le estuviera narrando su vida, pero al mismo tiempo no. Ella solo quiere seguir escuchando.
- ¿Dime Bast? ¿Crees que es justo que ambos hombres no pudieran salvar a las personas que más amaban? El primero no tenía nada especial, no fue bendecido con habilidades únicas, tampoco podía cambiar el mundo, solo era una persona normal que quería vivir feliz, pero esa felicidad le fue arrebatada, pero el segundo casi era un ser invencible vivía feliz con su esposa e hijas y aun así murió sin poder salvar a su esposa de una enfermedad- me siento y continuo- eso no es lo más extraño, lo realmente extraño es ¿Por qué le dieron una segunda oportunidad al primer hombre sin habilidades especiales y no al segundo? El segundo podía cambiar las tornas y salvar a todos. En cambio, le entregaron la segunda oportunidad al más inútil, el que no puede hacer nada, solo lo volvieron un poco más joven y ya.
La joven semihumana esta atónita, paralizada. No sabe absolutamente nada de Augusto, no entiende lo que le está contando, desde que le dijo lo de las 3 edades solo escucha intentando entender, pero ahora esta confusa.
- ¿Quién eres tú?
- ¿Yo? Soy ambos hombres.
Las cosas nunca suceden igual con lo que se planea.
Bast acaba de darse cuenta de eso, ahora entiende porque Augusto casi no habla de quien es. Porque literalmente es imposible saber quién es realmente es allí donde llega a una conclusión. ¿Debería intentarlo? ¿debería parar? ¿debería tener una relación seria con este hombre? El meterse con el seria complicado. Tiene 3 hijas, problemas emocionales, pero aun así el continua. ¿Qué es real? ¿sería capaz de sobrellevar aquello? ¿solo es curiosidad?
- Lamento hacerte perder el tiempo con esa historia Bast. Pero creo que arruine la cita- el digo a mi amiga.
- Yo..yo no lo sé- Bast aún sigue pensando.
- Te entiendo, me invitaste a salir, me muestras tu lugar ideal para luego deprimirte con mi historia. Prácticamente arruine todo- exclamo mientras escondo mis manos en los bolsillos de mi pantalón- es mejor que dejemos las cosas aquí- digo mientras bajo la cabeza deprimido.
- ¡Espera! - Bast me detiene- ¡soy yo quien decide cuando terminamos la cita y cuando no, recuerda que fui yo quien gano! - no se trata de ganarle a la mujer de la florería. Se trata de comprender realmente a la persona que le gusta, si en verdad lo quiere primero debe conocerlo- la cita acaba hasta que yo diga, vamos es hora de sonreír como siempre lo haces.
Eso me hace sonreír, procedo a secarme las lágrimas con un pañuelo– en verdad eres increíble Bast, es por eso me gustas- me seco las lágrimas mientras ella se separa de mi por pocos centímetros- ¿y bien a donde vamos ahora?
- ¿Q—que..que que acabas de decir? - Pregunta ella roja como un tomate. No esperaba ese tipo de confesiones, aun mas viniendo del mismo hombre que no podía comunicarse bien con ella o la mujer de la florería (eso ultimo la molestaba bastante ya que con ella era distinto)
- Dije que me gustas. Pero también me gusta alguien más, prefiero ser sincero con mis sentimientos sean o no sean correspondidos porque es lo único que me queda- normalmente me sería imposible decirle eso de frente a ella, pero hoy me siento distinto- ¿dije algo malo? Pregunto.
- No..no es malo, solo que… no creí que fueras a decirme eso así.
- Bueno creí que era lo…
De repente Bast me da un beso en los labios.
Ella separa sus labios de los míos, luego me mira directamente- creía que era lo correcto en un momento como estos y viendo tu sinceridad- Bast me coloca un dedo en los labios y me guiñe el ojo- vamos a divertirnos.
- ¿A dónde vamos?
- Ya verás - me dice sonriendo.
Bast toma de la mano a Augusto y se lo lleva a otro lugar, como era de tarde sabía exactamente a qué lugar ir.