Al salir de ese lugar Astrea me comenta que ella debe llamar a una amiga para que los recoja y nos lleve a la academia de magia donde estudia Maki.
- ¿Allí llega el tranvía? - quería viajar en ese, las ultimas veces que he estado en la capital junto a mis dos pactos solo hemos viajado en el subterráneo.
- Si, se debe tomar dos estaciones- responde Astrea- si hacemos eso nos tomaría unos 30 minutos el llegar allí.
- ¿y cuánto tardaría tu amiga?
- Casi lo mismo, pero la ama quiere que lleguemos con elegancia.
- Bueno no me veo como un duque o príncipe- señalo orgulloso mi uniforme de mesero- así que me da igual, soy feliz con lo que hago y amo a mi hija, así que no necesito más. ¡Tomemos el tranvía así hacia cuando vivía en San Francisco! Le propongo a Astrea
- No sé qué es un San Francisco, pero solo en la capital del sur se manejan los tranvías, en la capital central debemos viajar en metro subterráneo.
Mientras le propongo eso a Astrea comienza a hacer frio.
- ¿Entonces viajamos en el metro? Propongo.
Pero ella niega.
- Mi amiga ya viene en camino- responde Astrea mirándome directamente a los ojos, siempre con esos ojos inexpresivos. Aunque le es difícil sostenerme la mirada.
- Bueno será una próxima- comento levantando los brazos.
Al pasar 5 minutos llega un lujoso carruaje tirado por dos animales parecidos a caballos de largas melenas, una joven morena con su uniforme de jinete saluda a Astrea a mí me lanza una mirada fría.
- Por favor suban- dice ella en tono elegante.
Me acomodo al lado derecho y Astrea al lado izquierdo.
En el camino una de las ruedas del carruaje se sobresalta y me hace golpear el techo del carruaje.
Desde afuera se escucha una risa ahogada seguida de un "lo siento"
- Astrea.
- ¿Sí?
- Como han estado mis amadas hijas Anna y Antonia.
Astrea mira al techo y arruga los labios.
- Ellas dos se esconden de todas las clases que la ama Velvet les dice que deben hacer.
- Esas niñas- respondo avergonzado ocultando el rostro en mis manos- me gustaría hablar con ellas sobre eso.
- La ama lo culpa a usted por el comportamiento de sus sobrinas, dice que usted es muy suave por eso ellas son así de flojas.
Enserio me detesta. ¿Qué hizo mi otro yo para que lo odiara tanto? No creo que por casarme con Alex pasara eso.
- ¿Por cierto, que clases son las que no les gustan a ellas?
- Piano, etiqueta, ballet, modales en la mesa, canto.
- Entiendo- digo- yo también me aburria en las clases de etiqueta que me dio mi amigo K´vool, pero me sirvieron- levanto el pulgar- hablare con mis hijas sobre ello.
Nuevamente una de las ruedas coge una piedra lo que me hace saltar y golpear nuevamente el techo.
Pareciera que la otra chica lo hiciera apropósito.
Recorremos calles que no había recorrido con mis dos pactos, me pego a la ventana mientras miro sorprendido la arquitectura eslava que acompaña a la ciudad, ciudadanos a pie, otros viajan en carruajes, algunos bajan por los tunes para dirigirse al metro subterráneo, también calles cerradas debido a que se están arreglando vías.
Aquí todas las vías están 1A no tienen comparación del país de donde soy, todo en orden, servidores públicos supervisando la ciudad, lo único es que casi no veo semihumanos, aunque es debido al frio. Por cierto, en esta nación odian a los enanos por eso jamás van a encontrar uno.
Señalo una construcción.
- ¿Qué es eso? Le pregunto a Astrea.
- Estación de metro elevado.
- No te creo, ¿están construyendo un metro elevado?
- Si, la ama es la encargada de ello, debemos mejorar la movilidad de la capital.
< ¿De dónde saca ese conocimiento? Todo eso es del siglo XX o mejor> ella mezcla la magia con tecnología avanzada, ¿Cómo diablos lo hace? Además de un escudo resistente al daño físico y mágico existen otras cosas que quien sabe para qué sirven. Hacen ver a mi país de origen como…. Un mugrero…..
¿Cómo se pasa del tranquilo estilo de vida rural en el sur? A una ¡jodida super ciudad! ¡enserio! Las veces que he venido siempre me sorprendo y encuentro algo nuevo, es entendible ya que es la capital del imperio y por lo que he preguntado a distintos viajeros del norte, esa también es super avanzada.
- Oye Astrea ¿Cómo es la capital del sur?
Astrea se queda pensando unos segundos y luego responde.
- Bulliciosa.
- ¿Bulliciosa?
- Si.
- ¿Eso es todo?
- Si.
Nada como una explicación de Astrea….
- ¿Me puedes explicar?
- Barcos, comercio, marineros, playas, turistas, atracciones, tranvía, extranjeros, eso dicen mis compañeras.
- ¿A qué te refieres? ¿no has ido tu?
- He ido al sur, pero no presto mucha atención a lo que sucede. La ama Velvet tiene su propia casa junto al mar en donde pasa sus vacaciones, siempre se lleva a la mitad del personal con ella para que pasen tiempo compartido entre ellas. Normalmente me quedo en la mansión compartiendo con Verónica o la ama Velvet, a ella tampoco le gusta salir ya que no le gusta llamar la atención.
- Entiendo- respondo mientras me acomodo en el asiento.
- Si.
- Astrea, gracias por responder.
- Bueno.
Espero ir un día ir a esa capital junto con mis hijas.
Suena que la capital del sur es muy divertida, aunque no puedo quejarme de esta, he pasado buenos ratos junto a mis hijas y mis dos pactos.
Solo desearía que Alpha no se metiera en tantas peleas de bar y que Tera dejara de toquetearme indebidamente frente a todos.
Y por fin llegamos a nuestro destino.
Me quedo como turista estúpido de Pinky y Cerebro mirando la academia, arquitectónicamente parece una de esas universidades antiguas de Europa, extremadamente bella.
Ayudo a bajar a Astrea del carruaje, la joven jinete baja del asiento del conductor le hace un ademan llamando a Astrea quien se acerca luego le susurra algo al oído, para luego subirse e irse.
Leo se aleja con algo en su mente.
En la entrada de la academia el guardia nos pide identificaciones, Astrea saca su documento, yo hago lo mismo. El guardia se queda mirándome con cierto desagrado, entonces pregunta.
- ¿Humano sin magia? Pregunta el guardia de la entrada mientras anota algo en una libreta.
- Correcto, humano sin magia- es una molestia eso de humano sin magia, por lo menos díganme ciudadano imperial. ¿Los magos son unos esnobs? o quizá… - ¿disculpe es usted de Liare? Pregunto para despejar dudas.
- Si señor…- el guardia mira mi documento- ¡¿Memore?! ¿el padre del mons.? Digo de la hechicera.
-
- Nos dirigimos a una reunión con la directora, mi ama la general Velvet y el padre de la joven ama fue invitado a esta.
- De acuerdo señorita.
Abren la puerta dejándonos pasar por ese portón elegante.
Las personas de Liare son tremendamente irritantes….
Sean magos, semihumanos, elfos o humanos imperiales son amables y serviciales, a ellos les importa un comino si pueden o no pueden usar magia, pero esos sujetos de Liare dejan mucho que desear, ¿me pregunto cómo vivirán los ciudadanos comunes en dicho reino?
Astrea me pregunta.
- ¿Por qué se veía molesto?
- Porque ese sujeto iba a decirle monstruo a mi hija- respondo intentando disimular mi molestia- no me gusta que cualquier imbécil diga que alguna de mis hijas es un monstruo…
- Lo entiendo. La ama siempre se ríe de eso y dice que esos debiluchos solo dicen eso porque la joven ama los supera en todo. La ama se siente muy orgullosa de la joven ama Mackenzie.
Inhalo y luego exhalo un poco de aire.
Yo también me siento muy orgulloso de ella, pero me molesta demasiado que estos sujetos le digan monstruo a mi hija. ¿se supone que el gran reino de Liare se fundo luego de la muerte de las dos doncellas? ¿y las dos doncellas eran hechiceras, entonces porque detestan a mi hija? ¡porque solo a Maki!
Astrea me acompaña por la academia, me señala las instalaciones y que se hace en cada una de ellas. También me dice dónde quedan las aulas de clase, las cuales son extremadamente sofisticada, doy una ojeada y veo a un maestro semihumano (un reptiliano) dando clases mediante una estructura mágica creada por él.
En otro salón un maestro elfo teclea algo en su puesto mientras letras, números y formas van apareciendo en una especie de tablero.
- Mi ama Velvet me comenta que a la joven ama Mackenzie le encanta la alquimia- señala Astrea.
- Si es su clase preferida, en el futuro quiere montar su propia tienda. Todos los meses ahorro dinero y lo guardo en una cuenta a nombre de las tres, con el fin de que en unos años pueda pagar la universidad de mis hijas.
- Qué bueno. Pero mi ama dice que la joven ama será su heredera.
- Dudo que Maki quiera eso.
- Nadie puede ir en contra de mi ama Velvet- recalca Astrea seriamente- las jóvenes amas ya tienen decididos sus futuros.
-
Ahora que lo pienso Anna o Antonia no me han dicho que quieren hacer en el futuro. Eso si es un grave error de mi parte….
Debo preguntarles directamente a ellas.
- Mi ama dice que esos pensamientos hicieron que las jóvenes amas sean tan mimadas y al mismo tiempo tan débiles.
- Tu ama detesta todo lo que yo diga- respondo en burla.
- Si es verda…- Astrea mira hacia el cielo mueve un poco su cabeza hacia la derecha y dice- creo que le dan ganas de vomitar cuando intenta decir su nombre.
- Es un poco…. Extremo….. como sea, gracias por ser tan directa cuando te pregunto algo Astrea.
- ¿Directa?
- Si, siempre me dices las cosas como son, sean buenas o malas. Te agradezco por eso.
- Bueno.
Llegamos a un edificio de ladrillo rojo, con algunas columnas de mármol y pisos del mismo material. Subimos unas escaleras hasta llegar a una amplia sala donde dos mujeres estaban sentadas en un largo y lo que parece cómodo sofá.
Mientras algunos profesores pasan, una secretaria y estudiantes de clases superiores.
Una de las dos juega con su cabello, mientras que la otra esta recostada haciendo burbujas de chicle.
Astrea dobla un poco su rodilla izquierda, luego toma los pliegues de su vestido de sirvienta y saluda cordialmente a las dos mujeres que están en el mueble.
Las dos mujeres dejan lo que estaban haciendo para decir.
- Astri no somos la Ama Velvet o Verónica para que nos saludes de tal manera- pronuncia con molestia la primera. Una mujer de cabello negro y liso, piel blanca, peinado al estilo oriental, no es muy alta, posee un encanto de deportista olímpica, delgada de ojos grandes, cejas pobladas muy cuidadas, labios pequeños y rostro fino, lleva un uniforme militar parecido al de Enrs. Posiblemente sea un guardia imperial.
- Eso es cierto Astri, se supone que estamos al mismo nivel- apunta la otra mujer de piel morena, pestañas finas, ojos negros penetrantes, labios carnosos, cabello castaño el cual le llega hasta los hombros, posee el encanto y cuerpo de una bailarina árabe. También lleva un uniforme parecido al de Enrs pero con algunas variantes.
- Bueno- responde secamente Astrea.
La joven morena se cubre el rostro con las manos.
- Por la diosa, enserio no te entiendo Astri- luego separa los dedos que cubren sus ojos- lo que si entiendo es por qué ese bombón te gusta.
¿Entonces esas dos son compañeras de Astrea?
Ninguna de las dos aparenta tener más de 26 años. Calcular la edad de una bruja es una perdida de tiempo.
¿Bombón? ¿Alguien tiene dulces? Miro a los lados buscando algo parecido a una bandeja, pero no veo nada.
Astrea asiente con la cabeza y luego niega con la cabeza.
- Si me gusta, pero ese no es su nombre.
Un momento..... ¡Aquí no hay dulces!
- ¿Enserio y cuál es su nombre? Pregunta la otra mujer.
- Ustedes saben cómo se llama- responde Astrea.
- Mucho gusto soy Augusto Memore Castilla, padre de Maki- respondo extendiendo la mano para saludar a las dos señoritas, pero pasa algo raro.
Siento como si me sacaran algo de los bolsillos. Toco mi pantalón y en efecto me faltaba algo.
- ¡Oye se te cayo la billetera! - dice la joven con rasgos orientales señalando debajo de un mueble cercano.
¿Cuándo se me salió la billetera?
- Gracias- le digo a la joven, ella me guiñe el ojo.
Mientras Augusto se agacha para recoger su billetera las dos guardianas de Velvet se muerden los labios. Astrea las mira sin entender lo que hacen.
Ella vio como Salah uso magia para sacarle la billetera a Augusto, quien no noto nada. Pero... ¿Por qué le miran el trasero?
- Entonces eso es de familia- comenta Mei cruzándose de brazos mientras se muerde los labios. – 100/10- califica ella, ya quiero ver a la joven ama Mackenzie en unos 4 años uff, una hija de la ama Velvet y ese humano seria la bomba.
- la ama Velvet se suicidaría antes de que pasara eso- añade en burla su otra compañera llamada Salah.
Astrea sigue dudando del porque hizo eso su compañera.
- Bueno Astri si tu no lo quieres yo si voy por él, me lo voy a coger en uno de esos salones desocupados- antes de que Mei se pueda mover Astrea la detiene y le susurra algo al oído.
Su compañera suspira decepcionada.
- Es una lástima, pero no lo busco para eso tu entiendes Astri, solo me lo quiero tirar y ya.
Saco mi billetera de debajo del mueble, la guardo en el bolsillo de mi pantalón, le agradezco nuevamente a la señorita.
- Disculpen señoritas, pero debo entrar a una reunión de mi hija- le sonrió a Astrea y a sus compañeras.
Astrea se despide como siempre mientras la de rasgos orientales sigue mascando su chicle mientras me guiña el ojo y su compañera morena dice algo en voz baja, lo cual no logro escuchar.