Liara se despierta agitada, se levanta se queda mirando a Augusto unos segundos.
- ¿Lia? - pregunta mi cariño preocupado- ¿te encuentras bien?
Entonces lo abrazo, no quiero soltarlo nunca.
- Déjame quedarme un rato así cariño… solo quiero abrazarte.
Mi cariño procede a devolverme el abrazo con ternura mientras me dice.
- Entonces yo también quiero hacerlo.
- Eres tan cursi.
- ¿No te gusta?
- Me encanta.
Pasados 20 minutos mientras disfrutamos una pequeña merienda le digo a mi cariño.
- Cuéntame una de esas horribles historias de amor que te sabes. Esa donde terminan muertos.
- ¿Romeo y Julieta?
- Si esa ¿Cómo se puede llamar historia de amor a eso?
- De donde soy es un clásico.
- De donde eres parece que no saben nada de romance.
- De eso se trata la historia, las cosas no siempre salen como se espera. También, el amor no hace hacer cosas locas.
- ¿Cómo Orfeo y Eurídice?
- ¡Exacto! - dice mi cariño.
- Por amor es capaz de ir más allá de la muerte.
- Pero si te afanas lo perderás todo.
- Las historias de donde vienes son muy crueles cariño.
Con esa sonrisa que opaca al mismísimo sol él me dice:
- Tengo mas por si quieres escuchar.
- No. Solo quiero estar contigo.
Abrazados observando el pequeño lago pienso en lo que dijo la niña y me convenzo de sus palabras.
- Alguien me pregunto sobre si era feliz- digo al aire.
- ¿Qué le respondiste?
Me acomodo un poco y respondo:
- Lo dejo a tu imaginación cariño.