Capitulo XXXIII-5

Era la niña nuevamente. Se notaba impaciente.

Me encontraba en una larga e interminable planicie, lo único que había era un árbol, un mantel, la niña y yo.

La pequeña de ojos violetas y cabello castaño con una sonrisa encantadora me dice:

- ¡Mamiii, no te duermas ahora!

- ¿Quién eres?

- ¿Heeeee? ¡Mami soy tu hija! - responde la niña haciendo pucheros.

- Yo no puedo tener hijos, eso es imposible. ¿Quién eres realmente y porque estoy aquí?

La niña se cruza de brazos baja la cabeza y dice:

- Yo soy yo y tú eres tú mami, estoy aquí porque tú lo deseas. Pero ahora eso no es lo importante mami, quiero que escuches atentamente lo que te van a decir.

- ¿Qué? Ni siquiera debería estar aquí- cuando me intento levantar la pequeña hace su movimiento.

La pequeña de ojos violetas se abalanza contra mi pecho.

- Mami tu pecho es muy suave.

- Eres muy descarada pequeña- le digo mientras le acaricio la cabeza.

- Eso lo saque de ti- responde riéndose.

El viento sopla suavemente en el largo valle.

- Presta mucha atención mami.

Augusto estaba mirando un pequeño arbusto en el cual dos animales que no había visto saltaban.

- ¡Lia mira eso! - exclama pensando que Liara estaba despierta, cuando nota que ella estaba con los ojos cerrados dice- ¿Lia?

(Esa voz)

- ¿Sabes quién es mami?

Augusto deja dormir tranquila a Liara mientras le acaricia el cabello.

- Me gustaría que estuvieras despierta Lia, pero se lo cansada que estas por el viaje. Dejaste tu trabajo solo para verme- exclama Augusto- no sabes lo feliz que me sentí de verte y aun lo estoy. Mi corazón palpita con solo verte, es así desde el día que te vi, cuando me tropecé contigo y levante la vista, en medio de la noche con las luces artificiales de la magia y la luna mezcladas me sentí como Soleiman cuando conoció a Roxelana, me quede embrujado preguntándome quien era aquella joven resplandeciente, aunque me decía que no debía mirarla, no podía dejar de verla. En aquel momento olvide todo, eso nunca me había pasado.

- #### es tan cursi- dice la niña con los cachetes sonrojados.

- Olvide por un momento a mi esposa, eso me hizo sentir mal. Pero no podía dejar de pensar en ti, nunca había sentido eso. Algunas veces pienso que el jefe se dio cuenta de ello y por eso me envió solo a tu tienda, se supone que aprovecharía para comprar unas flores para mis hijas, pero termine haciendo el ridículo, no se me ocurría nada, estaba paralizado, entonces comencé a decir idioteces y al final esos sujetos me golpearon, me siento patético, porque perdí lo que había venido a comprar, aun así, me entregaste otro ramo. Creí que me lo habías entregado por lastima, pensé que me odiabas y que era solo una molestia.

La pequeña me mira y frunce el ceño.

- Hmmmmm mami…..

Levante los hombros, Augusto no se equivocaba. En aquel momento lo detestaba.

- Pero tu hiciste algo que hizo que mi corazón volviera a latir tan rápido que mi mente se quedó en blanco, solo pensaba en ti. Luego sucedió lo de tu invitación, la cual pensé que era una broma y aun así fui, cuando llegue y vi que no estabas en tu casa aquel momento pensé que todo era una tonta ilusión- Augusto mira hacia el horizonte- entonces tú me demostraste otra cosa, fuiste tu quien inicio todo, pero yo no sabía cómo seguir ya que solo había salido con una sola mujer en toda mi vida, así que busque consejos de mi mejor amigo, aun así siempre metía la pata, se me traba la lengua, no te miraba a los ojos muchas veces y me deprimía rápidamente, pero tú me empujabas a mejorar. Tu eres una mujer única Liara, eres tan independiente, divertida, amable,cariñosa.

Augusto sigue describiendo las cualidades que ve en Liara mientras la niña mira la mira y le dice:

- ¡Estas rojaaaaaaaaaaa mamiiiii!

- No estoy roja, solo hace mucho calor- respondo.

- En este mundo no hace calor- dice la niña sonriendo.

- Al final fuiste tu quien me beso primero, me dijiste allí en aquella banca "me gustas" en mi propio idioma e incluso cambiaste las tornas y resulte siendo invitado a salir en lugar de invitarte. Y ambos sabemos en qué termino todo aquello. En fin, Lia. Cuanto más tiempo paso contigo más me gustas. Aunque suene apresurado lo cierto es que, quiero estar contigo por siempre.

- ¡Allí viene!

- ¿Viene?

- Me enamore de ti Liara. Yo te amo.

- ¡Lo dijo #### lo dijo! - grita la niña.

- No.. no una bruja no puede enamorarse- digo- yo.. yo misma la he querido decir muchaces veces, pero si una bruja se enamora es..

- ¿Es que mami? ¿Malo? ¿Por qué es malo que una bruja se enamore? Mami ¿sabes lo que significa que una bruja se enamore?

- ¿Qué eres tú? – pregunto- ¿Por qué tengo estos sueños?

El lugar se va distorsionando.

- Yo soy lo que más deseas mami, lo que suceda de aquí en adelante será decisión tuya- responde la niña de ojos violetas.

- No deseo hijos.

La niña niega con la cabeza.

- No es eso lo que tu anhelas.

- ¿A qué te refieres?

- Mami tú sabes cual es la respuesta, la tienes ahora mismo. Papi es la respuesta.

- ¿Papi?

Entonces todos los momentos que la niña se refería a papi son de.

- Eres muy lenta mami.

Al ver mi impresión la niña sonríe.

- Ahora todo queda en tus manos.